Diseñan protocolos para su regreso

Con nueva normalidad, Lago de los Cisnes y Cascanueces, imposibles

Vuelve la danza con obras adaptadas; van por coreografías para solos, dúos o tríos; descartan por ahora grandes puestas

Una bailarina de la Compañía de Ballet de Ciudad del Cabo, durante un ensayo.
Una bailarina de la Compañía de Ballet de Ciudad del Cabo, durante un ensayo.Foto: Especial
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Ver a 70 bailarines en escena en ballets clásicos como El cascanueces o El lago de los cisnes, así como piezas de danza contemporánea de gran formato es imposible debido a la pandemia de coronavirus. Las compañías alistan su retorno, pero adaptadas a la Nueva Normalidad, primero con funciones sin público con solos, duetos o tríos; y luego con espectáculos en teatros o foros al aire libre con máximo 10 bailarines, guardando la sana distancia y con repertorio que implique el menor contacto posible.

La Compañía Nacional de Danza sólo volverá a sus salones cuando el semáforo esté en color verde, en las dos primeras semanas de su retorno contempla clases escalonadas y por grupos, detalló a La Razón, su codirector artístico, Cuauhtémoc Nájera.

“Los salones están diseñados para poder soportar hasta 50 bailarines, no va a haber más de 15 o 14 en cada sesión para que puedan tener una distancia de aproximadamente cinco metros. En la primera fase vamos a hacer clase, no va a haber ensayos, para evitar el contacto y para hacer un seguimiento muy puntual de que no haya ningún contagio”, compartió Nájera, quien junto con Elisa Carrillo dirige la agrupación que depende del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Si todo marcha bien, después de esas dos semanas se comenzarán a ensayar obras con pocos bailarines —solos, duetos y tríos— para hacer funciones sin público.

“Respecto al repertorio, no habrá ningún espectáculo con muchos intérpretes en el escenario, al menos durante este semestre todo lo que presentemos serán espectáculos con pocos bailarines en el escenario y evitando al máximo el contacto”, explicó.

Una vez que haya confianza para subir a los escenarios habría máximo 10 bailarines para que puedan guardar su distancia.

VA POR FUNCIONES AL AIRE LIBRE

En el caso del Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), que también depende del INBAL, tiene un protocolo para tres etapas. Primero los bailarines se dividirán en grupos de 10 para retomar sus entrenamientos en sus salones y estarán a una distancia de dos metros y medio.

“Tenemos salones muy ventilados. Esperemos que la autoridad sanitaria nos dé las indicaciones pertinentes, pero hemos encontrado que el uso de cubrebocas, sudando, no es lo más recomendable; si es funcional se utilizará, pero si es un riesgo para la salud no lo ocuparemos. En un corto plazo la sana distancia será la premisa, los salones están cuadriculados”, compartió en entrevista el director del Ceprodac, Marco Antonio Silva.

Para poder regresar a los salones de manera presencial tenemos que esperar a llegar al semáforo verde, para hacer ejercicio físico en un espacio cerrado, antes de eso tendríamos que seguir ejercitándonos a la distancia y trabajando proyectos desde casa”

Cuauhtémoc Nájera
Codirector artístico de la CND

También habrá horarios corridos, sin escalas para salir a comer —antes tenían un horario matutino y uno vespertino— y se contará con una bitácora de cada uno de los bailarines para saber los lugares que visitan durante su trayecto a la sede de la agrupación.

“A mediano plazo está considerado que el entrenamiento sea de bajo a alto impacto, es decir, primero de recuperación del tono muscular y ya más adelante se iría incrementando esta actividad”, adelantó.

A largo plazo, en el Ceprodac se considera ofrecer funciones cortas, de entre 10 y 20 minutos, en espacios al aire libre —parques, plazas y canchas deportivas—, siguiendo los protocolos sanitarios establecidos.

“Estamos contemplando que sean grupos pequeños, máximo de 10, para tener un mínimo de dos metros entre uno y otro (ejecutante). Tenemos planeadas las adecuaciones de obras que ya teníamos, un trabajo que se llama Memoria en espera, claro de luna, que llevábamos a los centros hospitalarios, eran duetos, pero en los que no había contacto”, señaló Silva.

Para el también coreógrafo, la danza contemporánea a diferencia del ballet, permite mayores posibilidades para estar “cerca aun a la distancia”.

La danza, continuó, “no son movimientos, son ideas en movimiento, partiendo de este fundamento, creo que lo que se va a requerir y lo que va hacer que el público asista a un espectáculo de danza es la idea de que algo que se va a presentar ahí lo refleja a él. El contacto a través de la experiencia de los sonidos, la mirada y la presencia de los bailarines es el primer reto. Octavio Paz decía, ‘el mundo cambia cuando dos se miran’, y creo que ése es el punto de partida, cómo nutrir la mirada del que va a esa suerte de encuentro con el otro”, destacó.

Protocolos
ProtocolosGráfico: La Razón

ADAPTAN REPERTORIO

Para cumplir con las medidas de sana distancia el Ballet Folklórico de Amalia Hernández hará cambios en 95 por ciento de las obras de su repertorio para que puedan estar entre 40 y 50 bailarines en escena, cuando ofrezcan funciones en recintos como Bellas Artes. 

“Todo lo estamos adaptando, excepto los solos como la Danza del Venado o Sones de Michoacán; el ballet se caracteriza por un gran número de participantes, Jalisco, Veracruz, Guerrero, las danzas prehispánicas van a sufrir una adaptación e iremos recuperando la normalidad cuando las condiciones lo vayan permitiendo. 

“El 95 por ciento de la obra sufrirá adecuaciones en estos primeros meses”, dijo a La Razón, Salvador López, director general de la agrupación.

De esta manera dividió sus salones la Compañía de Ballet de Ciudad del Cabo, para guardar la distancia.
De esta manera dividió sus salones la Compañía de Ballet de Ciudad del Cabo, para guardar la distancia.Foto: Especial

El Ballet Folklórico de Amalia Hernández está “tratando de descifrar qué puede funcionar mejor para la interacción de los artistas en términos, sobre todo, de salud, y después para no mermar el impacto artístico de la presentación”. 

EL TIP: Actualmente, los bailarines de la Compañía Nacional de Danza continúan con sus clases  y entrenamientos desde casa. Todos los días se revisa que estén en las mejores condiciones.

Entre las medidas considera es la realización de pruebas rápidas de Covid-19 para todo el personal, el uso de caretas protectoras, que cada bailarín tenga su propio vestuario y que tampoco se comparta utilería ni instrumentos. Además de que los artistas estén a ocho metros de distancia de los espectadores.

“Las condiciones de los camerinos tendrán que cambiar con geles, protectores diferentes; con tapetes desinfectantes. Si se tratara de funciones al aire libre es prácticamente la compañía completa, pero en el Palacio de Bellas Artes que está acotado, estaríamos pensando en 60 por ciento, es decir, si están 100 en escena buscaríamos tener 40, 50 personas”, explicó.

VUELVEN A LAS VECINDADES

La VSS Compañía de Danza, dirigida por el coreógrafo y bailarín Vicente Silva, cuando las condiciones lo permitan, prevé retomar su proyecto Danza en vecindades, en el que se presenta la obra Sueño de una noche de verano en distintas viviendas de la Ciudad de México, pero contempla ajustes para cumplir con los protocolos de seguridad. 

“Lo que se pretende es que nosotros bailemos sin público, pero haríamos una transmisión por Zoom, los vecinos tendrían la contraseña y desde su departamento podrían ver la función que se hará en sus patios, en las escaleras, en sus azoteas. No sé si nos permitan hacerlo con semáforo naranja o amarillo. Contaríamos con todas las medidas de higienización”, detalló. 

Contempla, cuando “dé luz verde” la Coordinación Nacional de Danza del INBAL, retomar el Festival de Improvisación Danza en tu Casa. “Vamos a crear 20 unipersonales, cada quien va a bailar en su casa, ocupando cualquier espacio de ésta”, adelantó Vicente Silva.

Con información de Raúl Campos