OTRO TÚ

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OTRO TÚ
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“Descubrir los universos paralelos es un salto en el entendimiento de nuestra realidad, modifica toda nuestra teoría física, cambia por completo la forma en que nos vemos como grano de arena en la playa infinita, en otras palabras, nos expande, aún más, el infinito…”

Aún recuerdo las palabras y al sujeto que parecía abuelo, bonachón con un toque medio psicótico que las dijo, no me pregunten el nombre, apenas tenía cinco años y si vi la conferencia y escuché las palabras fue porque lo transmitieron en horario triple A y eso, desde la modificación de la ley de transmisión y uso de infraestructura digital significaba que hasta las plataformas de streaming estaban obligadas a poner lo que se consideraba de interés general impostergable. Eso quizá era lo más raro pues en toda mi vida solo he visto que pase esto dos veces, en esa ocasión y hace apenas unos días pero, vamos desde el principio.

El día de la primera transmisión recuerdo que le pregunté a los adultos de la casa que significaba eso de los universos paralelos y a lo más que lograron articular fue un “es como nuestra realidad pero duplicada” y decirle eso a un niño es hacerlo correr al baño para ver a su duplicado mientras piensa que tal vez así pueda jugar ese videojuego de dos personas que había comprado su papá con la promesa de que jugaría con él.

Decían que era importante y nadie entendía el motivo, el sujeto que aparecía en la pantalla decía que abriría nuestra visión pero, no decía cómo y suele suceder que cuando quienes están a cargo no saben ni de que carajos se trata, alguien siempre, invariablemente, encuentra la forma de aprovecharse de ello y en este monetizado mundo, todo, hasta los universos alternos pueden ser un buen negocio.

Los visores salieron a la venta 15 años después el slogan fue “ve tus vidas… vive tus vidas… vívelas bien” y remataban con un jingle pegajoso hasta decir basta que te tenía tarareando su estúpida canción todo el día.

Todos hemos usado los visores, ya sabemos de que se trata, el micro agujero de gusano que enlaza con la sinapsis única del individuo permitiendo conectar con tu… otro tú, para ver lo que está viendo, etc… etc… Funciona y eso es lo que les importa a los usuarios. En teoría, si tu otro tú está muerto no puedes conectarte pero, como existen incontables variantes paralelas, siempre encuentras con quien sacar tu lado ego voyerista.

Primero fue un desahogo de la vida diaria, llegar a casa después de una agotadora jornada laboral aguantando jefes insoportables, colegas lambiscones y sueldos de hambre; sacar el visor, conectarse y verte viviendo una vida donde las decisiones que tomaste te llevaron a descansar sobre la cubierta de tu propio yate con tus propios lambiscones bronceándose y donde el trabajo más arduo es extender la mano para tomar tu mojito helado. Después venía la depresión, el pensar en el “hubiera”, en repasar las elecciones que tu otro tú hizo bien y que lo llevó al éxito y flagelarte por lo idiota que fuiste, pensar en ello todo el día y regresar para ver a través de un exitoso otro tú y odiar tu vida. Empezamos a perder personas, se quedaban conectadas a su otra realidad virtual viéndose pasear en deportivos y haciendo el amor con modelos, dejaban de vivir para vivir a través de lo que pudo haber sido y era en otra realidad.

El planeta empezó a colapsar pues si bien los ricos de esta nuestra realidad no son adictos a sus otros, la enorme mayoría de obreros que sustenta su “capacidad de resistencia” prefieren doparse consigo mismos en una muy rebuscada y científica auto satisfacción que dejaba al “digital porn” en la obsolescencia.

La basura se empezó a acumular y el hedor solo hizo que desearan seguir conectados, las coladeras se taparon en la primera lluvia de abril y la inundación arrasó las zonas más pobres y los indigentes se mudaron a aquellas casas donde el ocupante pasaba horas inerte viviendo, literalmente, en otro universo hasta que, por simple biología… dejaron este.

Comida había, lo que faltaba era quien cosechara, procesara, embarcara y acomodara en anaqueles, fue un golpe a la cordura saber que la barata harina del supermercado era la recoja del trigo, el desgrane, el molido, el cernido, el empaquetado y sin harina, no hay pizza, hamburguesas, hotdogs y ni siquiera, un mísero bolillo “p’al” susto y la historia siempre nos lo dijo, al menos en este universo, con hambre, hay violencia y nadie piensa en el futuro sino en el hueco del estómago en el presente… Ese fue el segundo anuncio… las revueltas.

Porque les narro esto, la verdad no lo sé, ya no hay ningún lugar donde “postearlo”, ya no hay futuro y no importa, los pocos que quedaron se aislaron en islas y solo hay un requerimiento para solicitar asilo en el remedo de civilización que queda… dejar los visores fuera.

Ya es mi turno, yo no llevo visor, mis otros yo cometieron las mismas estupideces que un servidor y es muy triste darse cuenta que el fracasado que soy, es la versión más exitosa de mis otros yo. Después de revisar cientos de versiones, me di cuenta que la única constante era lo gris de mi existir. Quizá empezando de nuevo, pueda tomar otras bifurcaciones electivas. En fin, no importa, lo que pasó, pasó y el hubiera, sin importar el universo del que se trate… no existe.