Trabajan en un titánico Diccionario del español contemporáneo

La Academia Mexicana de la Lengua trabaja en la titánica conformación de un Diccionario del español contemporáneo que reflejará la manera de hablar de las últimas cuatro generaciones, adelantó en entrevista con La Razón Gonzalo Celorio, director de la institución, cargo en el que fue reelegido la semana pasada para el periodo 2023-2027.

“Queremos hacer un diccionario que parta de cero, que abarque la manera en que se habla en el mundo panhispánico, aunque parta de México, de las últimas cuatro generaciones, en ese sentido es un diccionario contemporáneo, es un proyecto de larguísimo alcance, para eso la academia tiene otros proyectos preliminares que aportan para la elaboración de estos diccionarios”, explicó el escritor.

Detalló que hasta el momento se tienen las bases de este proyecto; es decir, la definición de una serie de criterios que los especialistas considerarán para ir conformando dicho diccionario.

“Ahora lo que tenemos de este diccionario es la planta, el esquema, porque antes de empezar a llenarlo se determinan una serie de criterios, qué palabras van a ir, si van a tener información gramatical o no, si se vale usar sinónimos, si va a haber marcas pragmáticas que indiquen si esa palabra se usa de manera coloquial, festiva, si es obscena, si es vulgar, culta; todo eso llevó muchísimo tiempo”, abundó.

Informó que ese esquema ya fue aprobado por el pleno de la Academia, “ya estamos listos para empezar a elaborar este diccionario, pero es un proyecto que rebasará mi gestión próxima”.

Apuntó que de manera paralela hay actividades que ayudarán a ir nutriendo este diccionario como el archivo de la palabra de la Academia Mexicana de la Lengua en el cual incorporan una gran cantidad de textos literarios de prensa, así como materiales orales.

Celorio, quien fue reelegido como director de la AML por unanimidad, destacó que este tipo de trabajos de largo aliento son complejos, porque es difícil encontrar apoyos financieros para realizarlos.

“Generalmente se quisiera que hubiera una rentabilidad más inmediata, pero no, hay cosas que no se pueden comprar con dinero y una de ellas es el tiempo, ingrediente fundamental para realizar grandes obras académicas”, manifestó.

Celorio apuntó que han logrado sortear los recortes presupuestales que han enfrentado diversas instituciones del país. Actualmente, 40 por ciento de los recursos operativos de la Academia proviene de la Secretaría de Educación Pública y el resto son propios o de financiamientos privados. Anualmente la institución requiere de 25 millones de pesos, detalló.

“Sacamos fuerzas de flaqueza, porque tuvimos dos condiciones muy adversas en los años anteriores, correspondientes a mi primer periodo como director, por un lado hubo un recorte muy sustantivo por parte del Gobierno federal que no nada más afectó a nuestra corporación sino a más instituciones similares; por otra parte, tuvimos la terrible contingencia sanitaria de la pandemia.

“Tuvimos que enfrentar estas dos adversidades, creo que gracias a la fortaleza, pujanza, inteligencia y al compromiso de los académicos pudimos salir adelante”, apuntó Celorio.

Dijo que entre las modificaciones que realizaron para enfrentar la insuficiencia presupuestal fue que ningún miembro de la Academia recibe un salario como ocurría antes.

“Hemos seguido contando con el subsidio del Gobierno federal que se nos otorga a través de la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP, pero la verdad es que este presupuesto que seguimos agradeciendo solamente representa el 40 por ciento de los gastos operativos que tiene anualmente la Academia, hemos tocado otras puertas y algunas se han abierto de par en par y otras se han entreabierto”, puntualizó.

Aseguró que la Fundación Kaluz y de la Fundación Magdalena Ruiz del Valle apoyaron para iniciar la restauración de la sede de la AML en el Centro Histórico.