Vuelve el ingeniero Héctor Belascoarán Shayne a sus andanzas detectivescas

El narrador, biógrafo, guionista, editor, antólogo, ensayista, historiador y activista político Paco Ignacio Taibo II (Asturias, España, 1949) está de plácemes por la aparición de la Colección La Negra que incluye la Serie Belascoarán conformada por las novelas Días de combate, Cosa fácil, Algunas nubes, No habrá final feliz, Regreso a la misma ciudad y bajo la lluvia, Amorosos fantasmas, Sueños de frontera, Desvanecidos difuntos y Adiós, Madrid, las cuales han sido reeditadas por el sello Joaquín Mortiz del Grupo Editorial Planeta.

Pero, ¿quién es Héctor Belascoarán Shayne?: un ingeniero electromecánico, divorciado de su primera esposa, quien a los treinta años ha decidido jubilarse para convertirse en un detective independiente. “Desarraigado, fugado de la clase media, curioso hasta la locura, terco obsesivamente; repleto de un sentido del humor negro a la mexicana, algo tristón”, así lo describe Taibo II, su creador. Comparte oficina en La Lagunilla con un plomero. Por su arriesgada ocupación ha terminado con el pie derecho rengo, un parche en el ojo izquierdo y cicatrices de balas por todo el cuerpo.

“Estoy satisfecho por la reedición de estas novelas en plena pandemia, buen momento para que la gente lea los aventurados episodios de Belascoarán en un trasiego que inició en 1976 con Días de combate. Personaje entrañable que se convirtió en una referencia de la literatura policiaca en nuestro país. Títulos agotados, reaparecen ahora con diseño de portada muy atractivo. Sí, estoy contento, no lo puedo negar”, comentó en entrevista con La Razón, Paco Ignacio Taibo II.

Es usted un escritor profuso con unos 70 libros publicados de narrativa, historia, biografías y ensayos. ¿Estas novelas policiacas qué representan en su copiosa bibliografía? Soy un escritor muy curioso. Me interesa la historia y la vida de figuras emblemáticas de la política de Latinoamérica. Pero, me atañe la ficción. Escribir esta serie no ha sido un asunto de evasiva. Apuesto por la imaginación.

¿Reedición que invita a los lectores jóvenes? Hay un nicho de lectores jóvenes que no debemos despreciar. Belascoarán puede ser muy seductor para ellos.

Funcionario público, activista político y escritor. ¿Cómo distribuye su tiempo? Nunca he dejado de escribir, bajo ninguna circunstancia. Lo hago de noche, los fines de semana. Soy primero un escritor, y primero también un activista político y asimismo, un funcionario público.

¿Un narrador de novela negra premiado internacionalmente? Tres veces el Premio Internacional Dashiell Hammet; Premio a la Mejor Novela Negra extranjera en Francia o el curioso Premio que me dieron en Noruega por el autor más leído en una estación de esquí alpino.

¿Cómo le ha ido en el cine a Belascoarán? Bien, ha sido mudado a la pantalla en cinco ocasiones: en 1979, dirección de Alfredo Gurrola: Días de combate y Cosa fácil con Pedro Armendáriz Jr. En los años 90, Carlos García Agraz filma Días de combate, Algunas nubes y Amorosos fantasmas con Sergio Goyri.

¿Belascoarán en Netflix? El contrato firmado estipula que nada puedo decir al respeto.

¿La pandemia: ocasión oportuna para leer novelas policiacas? Cualquier momento es bueno para leer novela negra. Creo que esta situación propicia el acercamiento a un género que ha sido visto como de segunda. Me parece que la narrativa policiaca plantea discusiones éticas esenciales.

¿Es usted el pionero de la nueva literatura policiaca en México? Si toman a Días de Combate de 1976 como referente, quizás. Tengo muchos libros publicados, soy el más viejo entre muchos narradores talentosos: Rafael Ramírez Heredia, Élmer Mendoza, Imanol Caneyada, BEF, Eduardo Antonio Parra y Carlos René Padilla, entre otros.