Adiós a Beckenbauer, el único y verdadero káiser del futbol

Franz Anton Beckenbauer, una de las grandes leyendas del futbol mundial, falleció a los 78 años de edad a causa de complicaciones en su salud, derivadas de un infarto ocular.

En días anteriores, el diario Der Spiegel había informado que cualquier perturbación emocional podría ponerlo en “riesgo grave”, mientras que Bild había reportado que el Káiser experimentaba “altibajos constantes” y eran de cuidado.

Franz Beckenbauer había hablado acerca de sus problemas de salud poco antes del Mundial de Qatar 2022, evento a que había sufrido un infarto en el ojo y no podía ver con el ojo derecho, por lo que iniciaron las preocupaciones.

“Tuve el llamado infarto en un ojo. Lamentablemente ya no puedo ver nada con el derecho y tengo que tener cuidado con mi corazón”, comentó el legendario exdefensa del Bayern Múnich.

Su hermano también declaró hace unos días que no podía mentir sobre la salud del exdefensor, por lo que pedía oraciones y que se estuviera atentos de cualquier noticia sobre su salud.

Beckenbauer es quizá el máximo referente en la historia del futbol alemán. El originario de Múnich fue el segundo en ser campeón mundial de la FIFA como futbolista y entrenador, después del brasileño Mario Lobo Zagallo, quien falleció el pasado 5 de enero a los 92 años.

El Káiser levantó el anhelado trofeo como jugador en 1974, cuando el magno evento se llevó a cabo precisamente en Alemania. En Italia 1990, ya como estratega, guió a la Mannschaft a la consecución de su tercera estrella.

Franz Beckenbauer cosechó trofeos en los tres clubes en los que militó a lo largo de su carrera: Bayern Múnich, New York Cosmos y Hamburgo.

El Káiser comenzó su carrera como jugador en 1964 con los Bávaros, con los que ganó nueve títulos, siendo los más relevantes de ellos las cuatro Bundesligas que el club logró entre 1969 y 1974.

También fue una de las primeras grandes estrellas del balompié en jugar en la NASL, antecesora de la MLS. El legendario zaguero llegó a Estados Unidos en 1977 para unirse a las filas del New York Cosmos, donde conquistó tres trofeos de liga.

El gran exponente de la posición de líbero volvió a Alemania en 1980 para reforzar al Hamburgo, con el que fue monarca de la Bundesliga en 1982.

El teutón es considerado uno de los mejores de la historia al lado de Pelé, Maradona y Cruyff.