El nuevo Capitán América ya está aquí. Sam Wilson, anteriormente conocido como Falcon, debe asumir en Capitán América: Un nuevo mundo la responsabilidad de portar un escudo tan imponente como simbólico y, al mismo tiempo, solventar un conflicto internacional provocado por un enemigo inesperado: el recién elegido presidente de Estados Unidos, Thaddeus Ross.
Wilson, de ascendencia afroamericana, podría ser el mejor ejemplo del personaje que “viene desde abajo” de todo el Universo Cinematográfico de Marvel, pues pasó de ser un exparacaidista militar de las Fuerzas Armadas de EU a dar el gran salto y convertirse en, quizá, el héroe más representativo de la Unión Americana.
Caso similar, el del antagonista Thaddeus Ross, quien tras fracasar en el plan de recrear el suero de supersoldado —una sustancia que otorga fuerza sobrehumana— asume como secretario de Estado, puesto bajo el cual pretende acotar la intervención y reacción de Los Vengadores frente a las amenazas, para luego convertirse sorpresivamente en el presidente de la nación más poderosa del planeta.

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A partir de esto, el recién ascendido Capitán América deberá descubrir la verdad detrás de una conspiración global que pone en peligro la seguridad mundial, sobre todo tras el descubrimiento de un nuevo y raro mineral, el adamantio, ubicado en la Isla Celestial —un nuevo territorio surgido tras la muerte de un ser poderoso en las entrañas de la Tierra— y que podría desencadenar una reñida batalla por su explotación y aprovechamiento.
Con el complicado entramado político que se establece como premisa, la situación toma tintes heroicos ante la introducción de un clásico villano de los cómics que hará su debut en la pantalla grande: Hulk Rojo, encarnado en el propio Thaddeus Ross, quien, dado su carácter desenfrenado e impulsivo, ha generado especulaciones sobre las concordancias con la realidad política actual de EU, algo que tanto Anthony Mackie como Harrison Ford han negado y esperan que la cinta no se vea envuelta en debates políticos.

Más allá de la polémica, el filme ofrece la nueva versión de un Capitán América sin superpoderes —aunque sí con un imponente traje reforzado— que se vale más de la tecnología, del sentido común y de sus aliados, como Joaquín Torres, interpretado por el actor de ascendencia mexicana y colombiana Danny Ramírez.
El proyecto, dirigido por Julius Onah —The Cloverfield Paradox y Luce—, también presenta algunas referencias establecidas en producciones previas de Marvel Studios, como Capitán América, el Primer Vengador, Falcon y el Soldado de Invierno y hasta Eternals, siguiendo el hilo conductor que la línea temporal del UCM ha definido para la Saga del Multiverso.
En un año que promete ser la reivindicación del cine de superhéroes, la película Capitán América: Un nuevo mundo se ha propuesto debutar con todos los ingredientes infalibles: drama, valentía y mucha acción. El largometraje ya puede verse en las salas de cine de nuestro país a partir de hoy.