En Guadalajara, Jalisco
A 25 años de su primera visita al Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) para presentar un cortometraje, el director español Juan Antonio Bayona regresó para hablar de su amor al cine y su oficio en el séptimo arte, una labor nada sencilla, pues consideró que hacer una película siempre es un acto de resistencia.
“Hacer una película es un acto de supervivencia porque lo tienes todo en tu contra, las películas tienen cabeza y corazón, yo sigo buscando ese algo y espero nunca encontrarlo para seguirlo buscando, haciendo más películas. A mí me gusta mucho explorar en el set e improvisar, siempre buscas que el trabajo sea en equipo y que haya una armonía”, señaló ayer Juan Antonio Bayona, durante una conferencia magistral moderada por el diseñador de producción y director de arte mexicano Eugenio Caballero.
En la charla, Juan Antonio Bayona habló de su trabajo en películas como El orfanato, Jurassic World: El reino caído y La sociedad de la nieve, al igual que de su trabajo al frente de diferentes series, incluyendo El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder.
El director recordó sus orígenes y el pasado humilde de su familia, mencionó que su padre quería ser pintor y, aunque no pudo serlo, sí le inculcó a su hijo el gusto por el cine desde muy pequeño. El realizador rememoró también que en su juventud se inventó un medio de comunicación para poder entrar a premieres de películas y así lograr verlas.
“Un día descubrí un diario de mi padre que había hecho cuando hizo el servicio militar en África a los 18 años y en las últimas páginas habían puras entradas al cine, me llamó la atención porque sin saber eso yo también hacía lo mismo de pequeño con un cuadernito donde ponía las entradas de películas que yo había visto”, contó con emoción.
“Yo sigo trabajando todavía con muchos de mis compañeros de la escuela de cine, ahí se creó una generación que hicimos muchas cosas”, compartió sobre su época de estudiante y recalcó que, a pesar de que la teoría sí es muy importante, en realidad la práctica lo es todo.
Recomendó, especialmente, que hay que equivocarse para poder llegar a los objetivos deseados.