El éxito del Tadalafil o el Vadernafil consiste en la elaboración de cocteles. Bien administrada, una pastilla de 20 miligramos puede servir para ocho horas de sexo continuo. Obvio, hay que evitar la eyaculación. Antes de ofrecer los detalles del coctel maratónico, les comparto el del ciudadano de a pie: 5 miligramos de Tadalafil, una bebida energética rehidratante, ojo, sin taurina. Recuérdese que no se debe cargar de trabajo extra al corazón, con el ejercicio cardiovascular que va a realizar es suficiente. Entonces, puede ser un Gatorade, Powerade o un suero pediátrico. Yo he utilizado los tres. Y me han resultado igual de efectivos. El siguiente ingrediente es una vitamina de acción rápida. Ejemplo: los antigripales Duals Nordin contienen dos pastillas: una tableta y una capsulita vitamínica. Debe tomarse una o dos de éstas últimas. Esto depende del peso o grado de intoxicación, es decir, de qué tan contaminado esté el cuerpo por el uso de medicamentos. Y por último: dos rayas de cocaína. O en su defecto, una Cafeaspirina forte. La coca inhibe la libido, por eso no debe excederse la medida. La cafeína en dosis elevadas puede resultar inconveniente, pero el cuerpo tolera 500 miligramos. Nota: no combinar con bebidas que contengan taurina, como Red Bull, Boost o Monster.
El coctel maratónico consiste en seguir metiéndose coca durante el acto sexual si hay problemas de eyaculación como es mi caso. Por eso es muy importante no atascarse y recurrir a la cocaína sólo cuando el cuerpo la requiera. El rush de una raya promedio puede ayudar a unas dos horas más de penetración, combinada con los otros componentes. Si sientes que la erección pudiera verse en peligro por exceso de coca, puedes recurrir a un shot de whiskey. Pero sólo uno. Esto una vez avanzado el trance. Todos los elementos mencionados deben ingerirse al mismo tiempo, con la variante de que la coca puede esperar quince minutos, la debes esnifar al momento exacto de la penetración.
Probé los productos de la competencia. Mi acercamiento hacia el Viagra (Sildenafil) fue infructuoso. Fue el primero en invadir el mercado. Diseñado para hombres mayores. Con cierta incidencia en diabéticos. Las dosis son demasiado agresivas. Existe una presentación de 50 miligramos. Para meterme eso necesitaría tener sesenta años, padecer azúcar y ser impotente. Aun así, me llegué a autorrecetar hasta 25 miligramos en una sola emisión. Fue inútil. No obtuve los mismos resultados. Así que me mudé al Cialis, de Lilly Icos. No excedí los cinco miligramos. Pero la diferencia fue radical. Tuve un mejor nivel de erección. A pesar de tener en casa Levitras gratis, me aficioné. Había encontrado a uno de los amores de mi vida. Una sola cosa me inquietaba del Cialis. La leyenda urbana de que produce priapismo.
"Mi contacto con el Tadalafil había sido recreativo o terapéutico".
Mi contacto con el Tadalafil había sido recreativo o terapéutico. Y me había ocasionado severos problemas en mi matrimonio. Mi esposa permanecía literalmente clavada a la cama toda la semana. Y los fines resultaban peor. Entonces fui más allá. Comencé a consumir el Levitra como agua de uso. Ingería todas las noches antes de dormirme. Pucharme los cinco miligramos y no coger no me originaba ningún conflicto. Tenía el medicamento domesticado. A las dos semanas comencé a tragarme cinco miligramos por la mañana. Y obvio, cuando practicaba el coito me rifaba otros cinco más. Un año después de cumplir esta cuota diaria me divorcié. Y me alejé para siempre del Levitra.
Pero no del Cialis. Ya no me salía gratis. Pero seguí con la misma rutina un año más. Se presentara o no una relación sexual. Era evidente que me había convertido en un adicto, pero había corregido mis problemas de eyaculación. Ya no recuerdo a qué edad comenzaron. Una ocasión, una chica con la que compartí la cama afirmó que yo no conseguía venirme a causa de tanta cocaína consumida a lo largo de mi vida. Con la ayuda del Tadalafil logré de nuevo expulsar semen. Por supuesto, todo ha sido conocimiento empírico. Nunca he consultado algún médico al respecto, ni lo haré.
Un año después renuncié al Cialis. A partir de esa fecha, despierto cada mañana con una erección tremebunda. Sólo en ocasiones especiales vuelvo a mis cinco miligramos. He dejado de consumirlos a diario. No sufro problemas de erección. Nunca. Y tampoco falta de orgasmos. Que según dicen también es una forma de impotencia. El tiempo de mis relaciones rebasa el promedio que debe durar un coito. Pero al final lo consigo. No importa que pasen dos horas. Me vengo. Y no importa cuántas veces, vivo con el pito parado. ¿Me habré provocado priapismo?

