
LO RISIBLE
Dado que en la vida hay también descanso y en éste hay entretenimiento acompañado de diversión, parece que también aquí se produce una cierta elegancia de trato en lo que se debe decir y cómo decirlo, e igualmente oír. Los que se exceden en lo risible parecen bufones y toscos porque están siempre pendientes de lo ridículo y tienden más a provocar la risa que a hablar con decoro y no dañar a quienes son objeto de sus burlas. Pero los que nunca dicen nada gracioso y se molestan con quienes lo dicen parece que son palurdos y toscos. A los que bromean con elegancia se les llama ingeniosos —como si dijéramos, “con buenos recursos”, pues tales movimientos parecen serlo del carácter, y lo mismo que se juzga a los cuerpos por sus movimientos, así también a los caracteres—.
También el tacto es propio de la disposición intermedia: es propio del hombre dotado de tacto el decir y oír la clase de palabras que corresponden al hombre virtuoso y al generoso: hay ciertas cosas adecuadas para que un hombre así las diga y oiga en broma. Pero la broma de un hombre generoso difierede la de uno servil, y la del educado difiere de la de uno sin educación. Podría ello verse en las comedias antiguas y en las nuevas: en aquéllas la risa consistía en el lenguaje obsceno, mientras que en éstas es la insinuación: y no es baladí la diferencia entre ellas con vista al decoro. ¿Habría, pues, que definir al que bromea debidamente por decir lo que no es indigno de un hombre generoso, o por no ofender al que escucha, o incluso por complacerlo? […] El hombre elegante y generoso se conducirá como si fuera ley para sí mismo. Tal es el que está en el centro; en cambio, el bufón se deja dominar por lo risible y no se perdona ni a sí mismo ni a los demás si va a provocar la risa —y diciendo cosas que no diría el hombre elegante; y algunas que ni él mismo permitiría que le dijeran—. El patán, por su parte, es inepto para esta clase de reuniones, pues no colabora en nada y se molesta por todo; pero parece que el descanso y la diversión son necesarios en la vida.
Aristóteles, Ética a Nicómaco, trad. José Luis Calvo Martínez, Alianza, 2003.
///////////////////////////////////////////////////////////////////
COMILONAS ROMANAS
Los historiadores mencionan que las comilonas romanas costaban millones de sestercios no sólo por la enorme dificultad que representaba hacerse de los ingredientes tan extraños que requerían los platillos exigidos por algún tirano medio psicótico, sino por el despilfarro inherente a la presentación del banquete. Se espolvoreaba perla molida en el arroz como si fuera pimienta. La cubertería, que al final se obsequiaba a algunos invitados (mientras otros se la obsequiaban a sí mismos), estaba hecha de metales preciosos muy costosos. Había multitudes de esclavos con atuendos caros. […] Se calcula que el emperador Vitelio gastaba alrededor de 3 mil 200 libras esterlinas en cada comida. En un artículo de gran erudición e interés, la arqueóloga Debora Ruscillo calculó minuciosamente el costo de una cena para quince invitados en la Roma imperial. Convirtió las antiguas monedas en plata romana (los denari) a piezas de oro (las aurei), luego las convirtió a dólares estadunidenses basándose en el precio del oro. El costo de un banquete era de unos 10 mil 042 dólares en el mercado de hoy, sin incluir “extras” como las guarniciones, los perfumes, los obsequios y los servicios de los esclavos.
Francisco González Crussí, El cuerpo fantástico, prol. John Banville, trad. Andrés Zetina y Andrea Vélez, Grano de Sal, 2024.

///////////////////////////////////////////////////////////////////
Technological transfer
Eero Saarinen [1910-1961] es el hijo del Movimiento Moderno por excelencia. […] Con el surgimiento de las grandes corporaciones, emergió un nuevo perfil de clientes y de arquitectos. El capital invertido en aquellos complejos y lo innovador de las construcciones que albergaban fueron una característica única de la época. Saarinen se movía a sus anchas en aquel mundo, vendiendo lo que, en su opinión, era una auténtica expresión de la era moderna: tecnología. Los paneles de metal prefabricados se transformaron en metáfora de una imaginería sin precedentes en los centros de ciudades estadunidenses. El ensamblado in situ de elementos prefabricados había sustituido al tradicional revestimiento de piedra y ladrillo. Cada vez que le fue posible, Saarinen intentó aplicar tecnologías de una industria a otra diferente, algo que definió como technological transfer. Le fascinaba la unión de la arquitectura y la ingeniería. Sin embargo, la tecnología fue sólo uno de los factores que influyó en el diseño contemporáneo. “Opino que las fuerzas que darán forma a la arquitectura en el futuro serán cuatro —las mismas que le han dado forma en el pasado y lo siguen haciendo hoy. Éstas son las fuerzas social, económica, tecnológica y estética. La interacción entre éstas y la interpretación humana crea la arquitectura”.
Pierluigi Serraino, Eero Saarinen. Un expresionista estructural, Taschen, trad. Ana Tipa Lizárraga, 2005.
///////////////////////////////////////////////////////////////////

PLEGARIA A LA DIOSA
Inmortal celeste, de esmaltado [trono,
dolotrenzadora, Afrodita, atiende:
no atormentes más con pesar y angustias
mi alma, señora,
sino ven aquí, si mi voz de lejos
otra vez oíste y me escuchaste
y dejando atrás la dorada casa
patria viniste,
tras uncir el carro: gorriones lindos
a la negra tierra tiraban prestos
con sus fuertes alas batiendo el aire
desde los cielos.
Y llegaron pronto, y tú, dichosa,
con divino rostro me sonreías
preguntando qué me pasaba, a qué otra
vez te llamaba
y que qué prefiero que en mi alma loca
me suceda ahora: “¿A quién deseas
que a tu amor yo lleve? Ay dime, Safo,
¿quién te hace daño?
Pues, si huyó de ti, pronto irá a buscarte;
si aceptar no quiso, dará regalos;
te amará bien pronto, si no te ama,
aun sin quererlo”.
Ven también ahora y de amargas penas
líbrame, y otorga lo que mi alma
ver cumplido ansía, y en esta guerra,
sé mi aliada.
Safo de Lesbos, Poesía, trad. Juan Manuel Rodríguez Tobal, Grijalbo Mondadori, 1998.
///////////////////////////////////////////////////////////////////

LA JUBILACIÓN
Nada tan triste como la jubilación, pero no la tuya, sino la de todos los demás. De pronto llega un día en el que empiezan a desaparecer tu dentista, tu médico, tu mecánico en el taller del coche, tu asesora en el banco, tu farmacéutica, el dueño del restaurante al que llevas treinta años acudiendo, tu librera. No se han muerto: se han retirado. Una inmensa escoba cronológica los ha barrido. Esto es, los ha borrado. Ya no conoces a nadie alrededor. La niebla va bajando y todo se desdibuja mientras tu ser más íntimo, aquel yo emocional con el que te identificas, que es y será eternamente joven, se repliega poco a poco a un rincón de tu cerebro.
Rosa Montero, El peligro de estar cuerda, Seix Barral, 2022.
///////////////////////////////////////////////////////////////////
LITERATURA DE VIAJES
Una obra documental no puede existir sin una corriente de empatía. Es imposible ponerse en el lugar del otro: pero sí hay que acercarse lo más posible. El observador tiene que realizar un gran esfuerzo intelectual para comprender la psicología, las motivaciones, los miedos y los deseos de quien está entrevistando, de su guía por ese contexto ajeno, y por tanto, en gran parte incomprensible si no es gracias a su intermediación. A su rol de cicerone, de traductor. Por eso la literatura de viajes es el gran modelo narrativo del periodismo y del resto de disciplinas modernas que, como la antropología y la psicología, hacen de la escritura del diálogo con otro su piedra de toque. La misma tensión que encontramos entre el viajero y el nativo caracteriza la relación entre el cronista y su entrevistado o informante. Es similar la voluntad de penetración en las capas de la realidad ajena. El periodista trata de ganarse la confianza de los probables protagonistas de su obra documental, conseguir las llaves que le abran las puertas. Por eso el periodista tiene que ser paciente y constante. Las cerraduras se abren cuando uno menos se lo espera.
Jorge Carrión, Mejor que ficción. Crónicas ejemplares, Anagrama, 2012.
///////////////////////////////////////////////////////////////////
