Allende, Coahuila, 2011

El corrido del eterno retorno

Allende, Coahuila, 2011
Allende, Coahuila, 2011Fuente: hilodirecto.com
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En marzo de 2011 una masacre tuvo lugar en Allende, Coahuila. El cártel de los Zetas desapareció a más de 400 personas, después desmantelaron sus casas y las demolieron con maquinaria pesada. ¿La razón? Varios millones de dólares, precio de cinco toneladas de cocaína, que dos miembros le robaron al cártel antes de huir a Estados Unidos. El exterminio fue una venganza de los narcos. Este crimen es el tema de That Which We Love Ends Up Being Our Ruin del artista José Jiménez Ortiz, obra que aborda distintas disciplinas para referir el macabro suceso.

Cómo surgió la idea de realizar un trabajo sobre la aniquilación parcial de Allende.

Hace unos 12 años comenzaron a aparecer narcomantas por todos lados. Fue impactante ver cómo un medio tan austero podía generar tanto horror y hacer seguir una serie de órdenes puntuales a una ciudad entera. Un arma geopolítica que modificó la noción de espacio público y poder mediático. A nivel estético, las narcomantas redefinieron el concepto de paisaje, además de marcar el inicio de esa era de terror mal llamada guerra contra el narco. Muy pronto, seguida del neolaconismo de las mantas, vino la masacre de Allende, en su momento la más aterradora historia de asesinatos masivos perpetuados por el crimen organizado en nuestro país.

En qué consiste la obra mixta que aborda la tragedia.

Después de recuperar las mantas de puentes peatonales de diversos puntos del norte de México, las metí en una caja en mi estudio, donde he convivido con ellas con un poco de miedo durante todos estos años. Sabía que quería trabajar con eso, pero no sabía bien qué hacer. Después vino lo de Allende y comencé a viajar bastante seguido a ese lugar. Pasó mucho tiempo, hasta que hace unos tres años comenzaron a brotar cuerpos por todos lados: la tierra comenzó a vomitar los vestigios ocultos de la guerra contra el narco. Entonces todo hizo sentido: recorté las narcomantas en fragmentos, las tensé en bastidores de madera, y preparé todo para pintar encima los paisajes en torno a las narcofosas.

Qué representa la obra desde el vacío legal que existe en un país donde no se cumple la ley y ocurren hechos como éste.

Las narcomantas marcaron el inicio de una era, y las narcofosas cierran categóricamente un círculo de esa coyuntura de horror en la historia contemporánea del país. A diferencia de la forma de operar del crimen organizado en países africanos, donde ocurre dada la inexistencia de un Estado, en México sucede en complicidad con el propio Estado. Es increíble cómo es más peligroso desenterrar el cadáver de una persona desaparecida que cavar un hoyo para enterrar 500 cuerpos cada fin de semana. Nunca el oficio de sepulturero se había McDonalizado de esta manera.

Los Zetas desaparecieron a más de 400 personas… desmantelaron sus casas 

Cómo se desmarca That Which We Love Ends Up Being Our Ruin de otros artistas que han abordado el negocio del crimen organizado.

Creo que mi proyecto proviene de sitios distintos de las artes visuales. Cada proyecto que realizo representa un poco de mi propia muerte. Digamos entonces que no me interesa en lo absoluto el tema de la violencia o del modus operandi del crimen organizado per se.

De dónde proviene el impulso de no exponer la obra y en lugar de eso enterrarla.

El proyecto tiene un fuerte carácter performático, entre la ficción, la verdad, la mentira y el fracaso. Fui a Allende, recogí flores que la gente deja en cualquier esquina como un ritual a sus muertos que carecen de tumba, por haber sido aventados a una narcofosa. Tomé todas esas flores y las llevé a un hotel a Piedras Negras para hacerles fotos. Luego vine al estudio a Torreón, rompí la tela en pedazos para luego imprimirla, la monté en madera y pinté todas las flores que pude. En realidad, son demasiado bellas para terminar en el mercado del arte. Su lugar está dentro de la tierra, adonde se reintegran los remanentes de toda tragedia. Ése es su verdadero lugar.

Si alguien quiere una, con gusto le doy las coordenadas para que vaya a desenterrarla.