Culpa moderna

El corrido del eterno retorno

Culpa moderna
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La rola que mejor me describe en este momento de mi vida es “Modern Guilt”, de Beck. “Modern guilt / I’m stranded with nothing / Modern guilt / I’m under lock-and-key ”.

Me estoy convirtiendo en una señora gorda. Mi hija volvió a clases presenciales. Dos veces a la semana hemos vuelto a la rutina que teníamos en la vieja normalidad. Desperté a las siete de la mañana, le hice su licuado de fresa y preparé su lonche, un sándwich de crema de cacahuate. Cuando buscaba una ziploc para embolsarlo junto con un plátano me percaté de que todos mis tópers habían desaparecido. Me invadió el terror y la desesperación. Me había costado tanto hacerme de esos putos tópers. Puedo gastar una fortuna en drogas, comprar viniles a destajo o hacer buches con vinos tintos carísimos, pero la sala sigue sin retapizar, el vidrio de la puerta del estudio continúa subrayando su maldita ausencia, y en estos días en que el termómetro ha bajado a menos un grado el aire se cuela y el departamento alcanza la temperatura de un bubulubu congelado.

Dejé a mi hija en la escuela y al regresar comencé a marcarle a todo mundo para reclamar mis preciados tópers. Ni siquiera con los libros me comporto así (pero aprovecharé la ocasión para pedirle a la persona que le presté la biografía de The Clash que no se haga güey y me la devuelva). Resulta que ninguna de las personas a las que llamé tenía mis tópers. De repente me descubrí gritando por el teléfono, peleándome por esos jodidos cacharros. Me di asquito a mí mismo. Qué fue de aquel niño de la calle que saltaba de polizonte a los trenes de carga a los veintidós años. Qué fue del punk aquel que robaba porque creía que el mundo estaba en deuda con él. A este paso voy a volverme reaccionario a los cincuenta. Y voy a andar como el idiota de Eric Clapton inventando que los vacunados contra el Covid-19 están bajo una hipnosis masiva.

Cuando buscaba una ziploc me percaté de que todos mis tópers habían desaparecido

Cuando me resigné a que no recuperaría mis tópers la culpa moderna comenzó a morderme. “Don’t know what I’ve done but I feel ashamed ”. Mi terapeuta dice que la culpa no sirve para nada. Y entiendo que es inútil. Pero así como McNulty se engolosina en la quinta temporada al inventar un asesino serial cuyas víctimas son puros homeless, yo tampoco puedo parar. Y me siento culpable por sentirme de esta forma. Y otros fantasmas oportunistas acuden a taclearme: por qué mi vida entera no cabe en una maleta. Para tomarla y largarme el día que quiera a la chingada. Por qué tengo que estar atado a sartenes, cortinas para baño, arreglos navideños, pimienta negra, roja, verde, blanca. Pelapapas, escurridor, microondas y demás.

La siguiente ocasión que tuve que llevar a mi hija a la escuela, esa misma semana, lo confirmé. No me estoy convirtiendo: soy una señora gorda en su máximo esplendor. El termómetro marcaba cuatro grados. Eran las siete y media de la mañana. Mi hija quería salir a la calle con una mísera sudadera. Me opuse. Su chamarra estaba desaparecida. Le advertí que me valía madre que faltara a clases, no le permitiría salir así. Porque si se enferma, viene la bronca de llevarla a consulta, las medicinas, un show. Puso una carita de gatito hambreado y me sentí un culero.

Me fui a mi cuarto y comencé a recriminarme. Carlos, what the fuck? Qué te está pasando. Qué estás haciendo. En qué te estás convirtiendo. No encontró su chamarra y al final salió con dos sudaderas empalmadas, pobre. Después de dejarla en la escuela tuve otro acceso de culpa moderna. Yo no vine al mundo a esto, me reproché. Yo no vine al mundo a estar detrás de una adolescente diciéndole lo que tiene que hacer. Yo debería estar en este momento saliendo de algún bar de Tijuana. Tengo una reputación de bad guy que mantener. Mis lectores esperan de mí emociones fuertes, no que esté regañando a una niña de catorce años por no abrigarse lo suficiente. O porque no se quiere meter a bañar. ¿Saben lo odioso que es pasar todo el día repitiéndole a un adolescente que se meta a bañar y sean las nueve de la noche y te siga ignorando?

Y volví a encabronarme por mis tópers. Pinche Sísifo me la pela. Duele un chingo perderlos. Que se los lleven sin avisarte. Pero duele más que no te los regresen. Puta culpa moderna me abraza más que cualquiera de mis ex. “Modern guilt is all in our hands / Modern guilt won’t get me to bed ”.