Ella Fitzgerald en Berlín

La canción #6

Ella Fitzgerald
Ella FitzgeraldFuente: jazzecho.de
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La voz del jazz es femenina. A finales del 2020 aparecieron The Lost Berlin Tapes de Ella Fitzgerald, las grabaciones que no estaban tan perdidas, sino a salvo del incendio en los Estudios Universal que hizo cenizas gran parte de su obra en 2008. Cincuenta y ocho álbumes, incontables colaboraciones y treinta grabaciones en vivo a su paso por cinco continentes y otras tantas disqueras. La de cabecera, Verve Records, creada en 1955 por su mánager y productor Norman Granz para hacer de Ella una estrella, lanzó este disco grabado el 25 de marzo de 1962 en el Palacio del Deporte en Berlín.

La grabación permaneció guardada durante décadas porque ya existía, entre otros, el famoso Ella in Berlin: Mack the Knife de 1960. En una gira posterior, producida por Granz y acompañada por el súper trío de Paul Smith, pianista de Les Paul y Dizzy Gillespie, el baterista Stan Levey del grupo de Charlie Parker, y el bajista Wilfred Middlebrooks, la Reina del Jazz cantó una veintena de canciones clásicas como “Cheek To Cheek”, “Cry Me A River”, “Summertime”, “Someone To Watch Over Me” y “Good Morning Heartache”. Su voz aterciopelada de tonalidades múltiples y su capacidad para improvisar eran prodigiosas. Fue maestra del scat jazzero y los juegos vocales de palabras que después se llevaron al rap y que pueden escucharse en “Hallelujah, I Love Him So”, “Mr. Paganini”, “Clap Hands, Here Comes Charlie!” y en la célebre “Mack The Knife”. La anécdota de cómo surgió en ella este estilo de cantar es un milagro vocal, Fitzgerald olvidaba las letras sobre el escenario y sin que se notara, inventaba las palabras y el fraseo para terminarlas.

Verve Records lanzó este disco grabado el 25 de marzo de 1962 en el Palacio del Deporte

Para calentar la pista antes del lanzamiento, Verve adelantó dos EPs de seis canciones cada uno: Macky’s Back in Town y Love in Berlin, grabados en el mismo escenario pero en las fechas siguientes, con temas que quedaron fuera del nuevo Lost Tapes. El material captura a la mejor cantante de jazz de todos los tiempos en plenitud; a su voz le salían vuelos naturales, impredecibles y armónicos como el aleteo de una mariposa. “Dios me dio una voz para hacer felices a las personas”, dijo.

Talento y voluntad de cantar pese a la vida complicada que le tocó, el racismo, el rechazo por ser mujer de color y cantante de jazz en una época puritana. Al final logró unir el blanco y el negro en un estilo musical libre con el reconocimiento de la crítica, la industria del espectáculo y el gran público: una corona de catorce premios Grammy más la Medalla Nacional de las Artes. The Lost Berlin Tapes es el testimonio de la voz femenina de una época.