Hitler, hermano, ya eres mexicano

El corrido del eterno retorno

Hitler, hermano, ya eres mexicano.
Hitler, hermano, ya eres mexicano.Cortesía del autor
Por:

Existe el rumor de que Hitler estuvo en México, en Casa Grande, una finca cafetalera alemana en la región del Soconusco, en Chiapas, pegado a Guatemala. La misma leyenda afirma que tras la derrota del Tercer Reich, Hitler planeaba venir a ocultarse a nuestro país. Éste es el detonador de la instalación “Adolfo en el Soconusco” del artista visual Cristian Franco. Para la conformación de la pieza el artista se internó en la zona con una máscara de látex del dictador y realizó varias actividades, entre ellas sentarse a beber con lugareños en una cantina de bambú. La pieza es una emulación de esta cantina con una rocola en el centro de la que brota música de manera permanente. Encima de la rocola descansa la máscara del dictador rasgada.

“Adolfo en el Soconusco” forma parte de Prótesis para una luna de miel mutante, muestra del artista exhibida en el Museo Cabañas de Guadalajara. Si bien la música que arroja la rocola es la típica de cantina, el trabajo de Franco está atravesado por la música, en particular por el rock, y en especial en esta muestra. Una serie de portadas de discos en formato vinil se hallan diseminadas por la sala. Algunas como referencia a los métodos de tortura que utilizaban en Estados Unidos con sus presos políticos. Pink Floyd y Judas Priest conviven con la portada de la banda sonora de Quinceañera, la telenovela de los años ochenta, y un disco de Banda Machos que incluye “La culebra” —la canción que se escuchaba cuando asesinaron a Colosio.

La exposición debe su nombre a esa realidad mexicana siempre soñada pero jamás alcanzada. Esa luna de miel que aparentemente siempre hemos estado a punto de protagonizar pero que siempre termina por convertirse en pesadilla. La perturbadora obra de Franco está en extremo politizada. Prótesis para una luna de miel mutante es su versión personal de Los años maravillosos. La referencialidad es uno de los rasgos que más se distinguen. Además de los parches de bandas de hardcore, abundan muchos símbolos de su educación sentimental como los escudos de sindicatos y toda la iconografía que pretende mandar un mensaje político o de cualquier tipo.

La leyenda afirma que tras la derrota del Tercer Reich, Hitler planeaba ocultarse en nuestro país

Del juego con los signos nace una de las piezas con fuerte carga ominosa. Al invertir una portada de un disco de la banda de death metal Deicide la imagen le ayudó a idear una estructura de bambú que asemeja una especie de capilla. El objetivo de esta pieza es transmitir la sensación de que dentro está siempre a punto de ocurrir algo. Y la sensación en realidad sucede. Bastan un par de segundos en el interior de la estructura para que el asistente a la muestra quiera salir de ella. Pieza a pieza la música es un guiño sin pausa que muestra vasos comunicantes. Así, en lugar de una base normal para soportar una pieza está sostenida por un case de banda de rock.

La música que lo marcó en su adolescencia, la política mexicana que siempre ha sido fondo de nuestra realidad como un soundtrack maligno y el retorcimiento de la propaganda oficial son elementos que se conjugan para crear instalaciones que en ocasiones simulan ser altares. Colosios en miniatura derribados, tortilleros con propaganda priista, conviven con la música de manera amorfa pero indisociable. Así la instalación “Teoría de la distorsión” incluye unos contras de batería con un platillo como corona y encima de éste un cráneo. Ciertos objetos aluden a los políticos a través de sus apodos.

La muestra cierra con un poderoso mosaico de cuadros dispuestos en todo un muro. Los cuadros son las profecías que el ufólogo suizo Billy Mier asegura que le fueron dictadas por los extraterrestres. Franco se dio a la tarea de traducirlas e ilustrarlas. Pese a la traducción es posible advertir el tono regañón de muchas de ellas. Las profecías hablan de lo mal que estará la humanidad en el futuro, es decir en nuestros días, y muchas de ellas parecen haber sido escritas por Greta Thunberg. Unas resultan ingenuas pero otras son sólo desagradables. No dudo que serían la delicia de muchos activistas de todo tipo.

Cristian Franco nació en Mexicali, desde 2000 radica en Guadalajara. Su obra plantea varias preguntas, en qué radica lo mexicano es una de ellas. ¿Todavía es posible definirnos como nación? ¿Sigue el fantasma de Hitler entre nosotros?