Te quiero pero no te quiero

Ojos de perra azul

Te quiero pero no te quiero
Te quiero pero no te quieroCortesía de la autora
Por:

Me entiendo, no me entiendo. Te amo y no te amo. Las palabras no alcanzan lo que intento decirte. Empiezo a escribirlo, me sale otra cosa. Sí pero no, no pero sí.

Si me abrieras la cabeza, no encontrarías la respuesta. Exploras el bulbo raquídeo, la corteza, los surcos y bordes, cuerpos callosos. Dejas los lóbulos a un lado, lo que interesa son los dos hemisferios. Los separas, los colocas en una bandeja, mitades idénticas, tan distintas o iguales como la imagen y su reflejo en la hoja del bisturí. Son dos siameses que discuten sobre la lógica versus la intuición, la fantasía contrapuesta con la realidad. Derecho e izquierdo, dialogan al mismo tiempo, barullo que intento comprender. Pierdo el equilibrio, cuestiono mi existencia, tan escindida también, como ellos que son dos pero a la vez uno.

Razona, utiliza los símbolos, me dice una parte de mí, mirándome fijamente a los ojos. Siente, crea, me susurra la otra al oído.

Dejas los lóbulos a un lado, lo que interesa son los dos hemisferios. Los separas

NO OBEDEZCO A NINGUNA, comienzo a hablarte, desaprendo el lenguaje y lo digo a mi forma. Trato de escribirlo para poder comunicarlo de la mejor manera. Animales, personas o cosas, así me enseñaron que se divide el mundo. Pero hay algo más que no puedo definir con los signos lingüísticos. Se mueven en la hoja de papel, se deslizan de un renglón a otro, hormigas, se salen del margen, canicas, bailan, humanos o alienígenas. Enfoco la vista en eso que se supone son letras, intento atraparlas. Las vocales son vacas rumiantes, de niña juego en el lodo, altísimas jirafas alcanzan las frutas de un árbol, ovejas negras perdidas como yo, una cuerda de saltar que sonríe. Las consonantes tienen forma de rayo en el cielo de noche, de silla con dos patas, de triángulo isósceles, de lluvia, de víbora que sesea. La F se parece al bigote de papá, me picaba al besarme, la M son los brazos de mamá que acurrucan. Yo soy la Z, la Alfa y la Omega, la que empieza a crear nuevas palabras con otras palabras que no dicen todo. Construyo mi propio alfabeto, invento expresiones. Soy parasíntesis, defiendo lo que digo y no te digo, la mente es una navaja que secciona en pedazos los sentimientos imposibles de transmitir por completo.

Tienes que decir algo, debes decir algo, me exiges cuando te respondo que sí pero no. Me entiendo pero no me entiendo, el conflicto de mis dos hemisferios. Soy tuya aunque no.

*** Conserven la cama.