David Keenan

Retrato delirante de Irlanda en los 70

La relación de Irlanda con el Reino Unido ha sido tensa desde hace mucho tiempo. La reina Isabel II
lo expresó con claridad en 2011, durante la primera visita en un siglo de un monarca británico
a tierras irlandesas: “Con la perspectiva que da el tiempo, vemos cosas que quisiéramos que hubiesen
sido diferentes o que no hubiesen ocurrido”. En la novela Por los buenos tiempos, David Keenan
aborda personajes de esa geografía en una época particularmente difícil, ensangrentada pero a la vez creativa.

Retrato delirante de Irlanda en los 70.
Retrato delirante de Irlanda en los 70.
Por:

En los años setenta, el Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés) llevó a cabo actividades paramilitares y atentados en su lucha por independizar a Irlanda del Norte del reino de Gran Bretaña. Esas acciones permearon la vida cotidiana de los nor-irlandeses. En Por los buenos tiempos (Sexto Piso, 2021), David Keenan reproduce la atmósfera en la que vivieron los habitantes de Belfast durante esa década, cuando las guerrillas y los movimientos revolucionarios brotaron en varios países del orbe.

LA NOVELA DE KEENAN (Glasgow, Escocia, 1971) es una pieza estética y delirante que retrata ese periodo pero no critica ni glorifica al IRA. El autor desarrolla todas las aristas para tener una visión más completa de aquella etapa y evitar maniqueísmos. Su escritura traslada al lector a la vida de cuatro jóvenes residentes de Ardoyne —barrio católico habitado por sectores social y económicamente marginados por los ingleses—, quienes son “Provos”, una especie de mercenarios del IRA que actúan bajo la consigna una Irlanda libre y unificada. Conforme transcurre la historia se evidencia que los hechos distan mucho de esos propósitos. La vida y las acciones de Sammy, Tommy, Barney y Patrick —personajes centrales, seguidores del cantante Perry Como— reproducen el ámbito setentero que presenta a los simpatizantes e integrantes del IRA de carne y hueso, con matices, anhelos, sueños, debilidades, convicciones, obsesiones, gustos, traiciones y su lado oscuro. Humanos en toda la extensión de la palabra.

La propia vida de Keenan, crítico y periodista musical, expone una de las razones de la lucha de los irlandeses del Norte: “Cuando llega el IRA y empieza a protegernos y a darnos techo y a preocuparse de verdad por nuestra situación —a mi familia le dieron una casa en Ardoyne—, pensé, por fin tenemos un ejército propio. Me uní a ellos en cuanto puede [...]; nuestros términos no eran negociables: una Irlanda unida, un auténtico Estado Libre. Eso o morir en el intento”.

De manera igualmente radical, los protagonistas llevan una doble vida. Por un lado enamoran a las chicas, reafirman la fe católica, exacerban su machismo, consumen series televisivas estadunidenses, se nutren del universo de los cómics para crear sus fantasías, se saben analfabetos funcionales: “para ellos la ortografía era como un juego de azar”. Por otro lado participan de orgías, asisten a pubs, escuchan a Bruce Springsteen, Rod Stewart, Pink Floyd, Rolling Stones, Donna Summer, Bob Marley, Bob Dylan, U2 y Los Beatles, simpatizan con el movimiento punk, The Clash, porque “están en contra del sistema”, y consumen ocasionalmente marihuana, cocaína y LSD.

Es una pieza estética que no critica ni glorifica al Ejército Republicano Irlandés (IRA). El autor desarrolla todas las aristas para tener una visión más completa

Asimismo son una extensión del IRA que se encarga de asesinar sin remordimiento a enemigos, traidores y delatores de la organización; realizan venganzas, extorsionan, roban y ejecutan como la mafia, secuestran, llevan a cabo atentados con bombas. Son la ley en su barrio, una especie de estrellas del rock por su actitud de tipos duros. En 1977, debido a los cambios en la jerarquía del IRA, comienzan a publicar libros, panfletos, a controlar los periódicos locales y a distribuir El libro verde, como dice el protagonista: “Un puto manual de conducta, un cuadernillo para nuevos voluntarios del IRA... Teníamos que obedecer sus órdenes ciegamente hasta el punto de sacrificar la vida si era necesario”.

Keenan —periodista especializado en música underground— expone también el rechazo de muchos irlandeses hacia la lucha armada: “Estoy tan harta de los dos bandos de mierda. Se pasan el puto día hablando de derechos civiles y mierdas, pero en realidad no es más que una excusa... Ya nadie tiene derechos en Irlanda, no a menos que los establezcas a punta de pistola”.

POR LOS BUENOS TIEMPOS —que obtuvo el Premio Gordon Burn en 2019— se suma a otras voces que han abordado esa convulsiva etapa: En nombre del padre (In the Name of the Father, Jim Sheridan, 1993). Está también la crítica de Bono, vocalista de U2, en la cinta Rattle and Hum: “No encuentro nada glorioso en que hombres armados saquen de su casa a un padre y lo maten frente a su familia”, la de John Lennon con su canción “La suerte de los irlandeses”, la de Paul McCartney con “Devuelvan Irlanda a los irlandeses” (vetada en el Reino Unido), The Cranberries con su pieza “Zombie” o la mutipremiada película Belfast (2021), de Kenneth Branagh, entre otras.

La traducción es un gran acierto.

Estuvo a cargo de Francisco González López (Málaga, 1977), quien traslada el lenguaje de barrio de los personajes a un contexto más cercano al lector, sobre todo al mexicano. A lo largo del texto los “chingada”, “chinga”, “chingados”, “chingones” refuerzan el léxico agresivo y directo de los protagonistas.

La novela de David Keenan incluye también los hechos del Domingo Sangriento de 1972, las vejaciones de los ingleses a los presos políticos irlandeses por las huelgas de hambre en la prisión de Maze, las humillaciones a la población civil, la diáspora irlandesa, el nacionalismo, la solidaridad y la identidad en el exilio, el sufrimiento y dolor de la gente, la tortura de miembros del IRA contra sus prisioneros, sus ajusticiamientos, mentiras, intrigas, traiciones. Relata todo ello a través de un vertiginoso ritmo narrativo que dispara imágenes, las cuales remiten a una época de violencia extrema donde la vida pasó a segundo término, como sucede en la actualidad. ¿Qué ha cambiado?