Traducir las múltiples caras de África

Desde Latinoamérica, el continente africano se nos presenta como un territorio exótico, desconocido.
Natalia Saltalamacchia escribe sobre el más reciente libro de Diego Gómez Pickering —colaborador de El Cultural­­—, que pone en entredicho esta concepción. En África, radiografía de un continente, desde una mirada íntima, el corresponsal y escritor explora ese territorio tan insospechadamente cercano. Retomando las voces de habitantes muy distintos, relata las complejas realidades que subyacen a esa tierra tan vasta y llena de desigualdades.

Portada del libro "África, radíografia de un continente"
Portada del libro "África, radíografia de un continente"Foto: Especial
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Éste es el libro de un viajero al cual se le metió África en el cuerpo. Es el recuento de alguien que tuvo que regresar al continente una y otra vez, respondiendo a un llamado interior. Son crónicas, ensayos y entrevistas de un autor que ha sabido dar cauce a las emociones y tribulaciones que le despertó ese pedazo de mundo, aquél que “no tiene frío”. 

A través de su narrativa nos acercamos a esa complejidad tan vasta y se hace patente que eso que nombramos en singular —África— es en realidad un extraordinario mosaico de universos entretejidos.

UN ENTRAÑABLE HILO 

A todo lo largo de veintiún escritos, en África, radiografía de un continente (Taurus, 2023) acompañamos a Die-go Gómez Pickering en una fascinante travesía que toca los cuatro puntos cardinales de la geografía africana. Lo hace desde una mirada que, sin ser intimista, resulta personal. Es una mirada que coloca el énfasis en la gente, en la experiencia vital de los seres humanos que va encontrando en el camino. Ése es su entrañable hilo conductor. En las estampas que nos entrega sobre sucesos particulares o sobre los lugares que recorre, Gómez Pickering se detiene en las personas de a pie, escucha y nos transmite las voces de quienes son realmente África encarnada. 

Diego Gómez Pickering se detiene en las personas de a pie, escucha y nos transmite las voces de quienes son realmente África encarnada .

Así encontramos al vendedor trashumante de Sudán del Sur quien, hostigado por retenes militares que le inquieren de qué tribu es —a fin de dejarlo circular—, dice: “¿Por qué me preguntan mi tribu? ¿Acaso no soy tan de este país como él? Estoy cansado de este lugar, necesito ir a otro país donde pueda realmente ser libre, en donde haya libertad de movimiento y pensamiento”. También nos presenta a la joven madre que abandonó Mali con sus hijas pequeñas, se embarcó hacia las Canarias en su ruta a Europa, sólo para naufragar trágicamente y ver morir a una de ellas. A pesar de todo le confiesa al autor: “No hay nada ni nadie que pudiese haber evitado nuestro camino hasta aquí”. Por otro lado está la voz de Houssein, ese hombre-luz, chofer que transita por el intenso corredor migratorio de la región de Obock, en Djibouti, dando una mano a unos y a otros de la manera que puede: “Quien tiene hambre, la tiene. Quien tiene sed, la tiene, como yo o como tú. Puede ser de cualquier etnia o de otro clan, ser musulmán practicante o incluso cristiano, nada de eso importa. Esa persona siente lo mismo que yo, cuando está perdida. Como puedo perderme yo o puedes perderte tú, por eso hay que ayudarle a encontrar el camino”. Como decía, un rayo de luz.

LAS DOS CARAS

Este libro grita a voces que África es un continente que está en movimiento. Los flujos de personas provocados por las luchas armadas entre clanes, las sequías y los efectos del cambio climático, los gobiernos represivos y los golpes de Estado, más la falta de infraestructura básica para vivir, son masivos y constantes. Desde luego que una parte de esa población migrante se dirige a Europa o la Península Arábiga —ésa es la dinámica que obsesiona a los medios de comunicación, dominados por las preocupaciones e intereses occidentales—, pero la mayoría, el 75 % de los africanos que migran, lo hace entre países contiguos o próximos. De hecho, África es el continente que más refugiados acoge en el mundo. Este libro sabe mostrarnos precisamente las dos caras del espejo. 

Y lo cierto es que nada de eso nos resulta ajeno, ni en México, ni tampoco en América Latina. Por ello creo que la obra funciona como una suerte de antídoto contra el frecuente encuadre de África como exótica. Si exótico se refiere a “un país o lugar lejanos y percibidos como muy distintos al propio”, en esta faceta de la movilidad humana, de sus causas y su impacto en las personas, nos hermanamos con esa circunstancia. Gracias a la mirada de Gómez Pickering, que seguramente por ser latinoamericana hace zoom en esta dimensión, logramos sacudirnos la habitual indiferencia hacia el continente. Ráfagas de empatía se despiertan al recorrer estas páginas y África —la hasta ahora lejana— empieza a sentirse más cerca.

PIEZAS DE SABIDURÍA

Aunque éste es fundamentalmente un recuento del continente a ras del suelo, el autor se detiene también en oriundos que alcanzaron la cumbre del éxito y del liderazgo. Sus conversaciones con luminarias como el escritor mozambiqueño Mia Couto y con Ellen Johnson-Sirleaf (quien fuera presidenta de Liberia, además de primera mujer mandataria de África en la historia y adicionalmente Premio Nobel de la Paz) abren paso a reflexiones sobre cómo encaran sus propios desafíos. 

Nos regalan también dos o tres piezas de sabiduría. Por ejemplo, dice Couto que ante las narrativas catastrofistas que sobrevienen cada vez que existe una crisis en Europa o el mundo occidental, necesitamos elaborar “discursos más serenos”. En África lo saben porque han “vivido en varias ocasiones” esa sensación de estar experimentando "el fin del mundo”.

Es, pues, muy afortunado que Diego Gómez Pickering se haya sumado a ese contingente de escritores, periodistas y ensayistas no africanos que, por supuesto, desde sus respectivas subjetividades traducen las múltiples caras de África para quienes no la conocemos. Siendo por profesión y convicción un cosmopolita, Diego es a la vez uno de nosotros. Vamos de su mano más cómodos y el viaje vale mucho la pena.

Natalia Saltalamacchia (Buenos Aires, 1974) es internacionalista y se desempeña como académica en el Departamento de Estudios Internacionales del ITAM. Su especialidad son las relaciones internacionales de América Latina y organismos internacionales.