Una aclaración de Fernando Fernández

Una aclaración de Fernando Fernández
Por:
  • la_razon_online

Agradezco que mi colega Ernesto Lumbreras, en la entrevista incluida en este suplemento, se muestre generoso con mi trabajo después de responder a una pregunta sobre Ni sombra de disturbio, mi libro de ensayos sobre Ramón López Velarde (Auieo/Conaculta, 2014). Sin embargo, lo que dice del libro casi nada tiene que ver con lo que aparece en sus páginas, cosa que me obliga a hacer una aclaración. Afirma el autor de Un acueducto infinitesimal que me ocupo del fetichismo de López Velarde “con la investigación sobre a quién dedica el poema ‘El candil’, de Zozobra, una suerte de poética de su propia obra”. También, que doy “luces de por qué Alejandro Quijano figura en ese antecedente de ‘La suave Patria’”.

¿De dónde sacó eso mi amigo Lumbreras? No le reprocho que haya olvidado el contenido del libro (él mismo lo reseñó al poco de publicarse), sino que le endose algo que no le corresponde. Si bien al final de Ni sombra de disturbio incluí un breve ensayo sobre “El candil”, no mencioné siquiera su dedicatoria, por lo que nunca pude ofrecer luces sobre las razones por las cuales el nombre de Alejandro Quijano figura en lo que Lumbreras considera un antecedente de “La suave Patria”. Mi libro reú-

ne otros cuatro ensayos sobre temas velardianos diversos, entre ellos un análisis de los primeros poemas de López Velarde, que casi siempre han sido despreciados por la crítica, y un estudio a fondo de “El sueño de los guantes negros”, extraordinario poema inconcluso cuyo contenido involucra, ése sí, el fetichismo del autor.

Hecha esta aclaración, aprovecho para felicitar a Lumbreras, tal como hice en privado, por el premio obtenido por Un acueducto infinitesimal, obra bellamente editada por Diana Rodríguez y Federico de la Vega en cuya presentación en la Ciudad de México estuvimos presentes y que estos días leemos con mucho interés.