Dunkerque, batalla que unió a civiles y Aliados contra los nazis

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Foto: larazondemexico

Adías de haber asumido su cargo como primer ministro británico (10 de mayo, 1940), Winston Churchill tomó la decisión más difícil de su carrera política, evacuar a más de 300 mil soldados británicos y Aliados (franceses, belgas, canadienses) que permanecían varados en Dunkerque, Francia, un corredor hacia el mar, que estaba situado por dos poderosos ejércitos alemanes. Este hecho histórico, es la primicia de la nueva cinta de Christopher Nolan.

El filme basado en hechos reales, retrata no sólo la situación en la playa, sino también cuenta la historia de civiles que se unieron para rescatar a los soldados sitiados por los nazis, es decir, muestra el heroísmo en su máxima expresión.

Según los británicos, lo que sucedió es la historia de la salvación in extremis de su fuerza expedicionaria, que dio lugar al llamado espíritu de Dunkerque, con el que denominaron la actitud de desafío demostrada, su disposición a plantar cara en todo momento y a luchar solos contra el enemigo. Sin embargo, para los franceses fue, en cierto modo, una traición. Fue la historia de cómo tuvieron que morir para permitir que los británicos escaparan para luchar otro día en su propia tierra, tras haberlos abandonado. Finalmente, para los alemanes fue el primer gran error de la guerra, pues dejaron escapar, casi en su totalidad, a la fuerza expedicionaria enviada por Reino Unido. Podría incluso decirse que, si Hitler terminaría de cavar su tumba en las estepas de la Unión Soviética, fue en Dunkerque donde dio la primera palada.

¿De quién es la culpa? Entre el 13 y el 14 de mayo de 1940, las fuerzas acorazadas alemanas cruzaron el río Mosa y reventaron el frente del Noveno Ejército francés, iniciando una maniobra de cerco que llevó a lo más granado de las fuerzas franco-británicas a atrincherarse, en una inmensa bolsa pegada a la costa del Mar del Norte.

Si el 9 de septiembre de 1914, sobre el Marne, uno de los ejércitos alemanes cometió el error de avanzar demasiado y abrir una brecha por la que pudieron contratacar las fuerzas francesas, el “milagro” de 1940 fue exactamente a la inversa: Hitler ordenó a sus fuerzas Panzer, que se detuvieran, dando tiempo suficiente a las tropas de la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) para que se retiraran hacia el norte y reembarcaran antes de que los alemanes cerraran definitivamente el cerco, tomando la costa. La férrea defensa de las tropas francesas, las trágicas acciones navales y la violenta batalla aérea sobre las playas, el heroísmo demostrado por muchos y los últimos retazos de solidaridad franco-británica, que permitieron la evacuación, también, de muchos soldados franceses, acontecimientos dignos de una superproducción cinematográfica, sólo son las consecuencias de la decisión inexplicable de los alemanes.

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