En su presentación en Monterrey, Alfredo Olivas demostró su astucia para sortear las restricciones legales que prohíben la interpretación de narcocorridos en ciertos estados mexicanos.
En lugar de cantar directamente sus populares canciones como El Malo de Culiacán, optó por una estrategia inesperada: permitió que su público las cantara por él.
Durante el concierto, el cantante dejó que la música sonara y observó cómo miles de asistentes coreaban los versos, creando un “karaoke gigante” que evitó cualquier infracción directa.

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Esta táctica no sólo eludió posibles sanciones, sino que también mostró la conexión profunda entre Alfredo Olivas y su audiencia, quienes, al igual que él, disfrutaron del momento sin transgredir la ley.
Hasta el momento, las autoridades no han tomado medidas al respecto, lo que podría sentar un precedente para otros artistas que buscan mantener la tradición del narcocorrido en sus presentaciones pese a las restricciones contra este género debido a una posible apología al delito y el enaltecimiento de ciertos grupos criminales.
Alfredo Olivas esquiva la ley
Cabe recordar que este tipo de canciones, aunque populares en ciertos círculos, han sido objeto de controversia debido a su contenido que enaltece al crimen organizado.
Estados como Chihuahua han impuesto sanciones económicas a artistas que interpretan este género, como ocurrió con Julión Álvarez y Alfredo Olivas, quienes fueron multados por cantar El Malo de Culiacán en un concierto en el 2024.
Sin embargo, en Monterrey, Olivas logró equilibrar su arte con el respeto a las normativas locales, ofreciendo a sus fans una experiencia memorable sin incurrir en infracciones. Su habilidad para adaptarse a las circunstancias fue elogiada por su público, consolidando su lugar en la escena del regional mexicano.
En redes sociales felicitan al cantante y lo describen como un artista único. Sin embargo, otras personas manifestaron su descontento con la forma de actuar de Alfredo Olivas y su público.
“Bien antisistemas los pen***os estos, pero bien que andan llorando cuando les cobran piso o les desaparecen a alguien. La narcocultura es el cáncer de nuestra sociedad”, comentó en X @DonDovahkiin.

