Angélica María y Angélica Vale ofrecieron un espectáculo inolvidable en el Auditorio Nacional, donde las ovaciones, los duetos históricos y los momentos emotivos se entrelazaron en un show de más de tres horas que combinó música, teatro y humor.
El espectáculo, concebido en un formato innovador que mezcla teatro con sketch y canciones en vivo, recorrió la vasta historia artística de madre e hija, desde los inicios de la Novia de México, hasta los éxitos televisivos y teatrales de Angélica Vale. Con la complicidad que solo da la sangre y la historia compartida, ambas ofrecieron un recorrido íntimo y vibrante por generaciones de talento.
Lucero y Lucerito, madrinas de lujo
Uno de los momentos más comentados de la velada fue la participación de Lucero, gran amiga de la familia, quien interpretó un emotivo dueto con Angélica María que arrancó lágrimas y aplausos del público. La conexión entre ambas figuras, pilares de la música y la televisión mexicana, fue uno de los puntos culminantes del show.

La doble vida de una heredera billonaria, ¿dónde ver este drama de engaño y redención en el mundo empresarial
Pero la sorpresa más entrañable llegó con la aparición de Lucero Mijares, quien subió al escenario para apadrinar artísticamente a la hija de Angélica Vale, marcando así el inicio de una nueva generación de talento. La joven fue recibida con cariño por un público que ya la siente parte de la dinastía.
Jaime Camil y La fea más bella
Otro invitado especial fue Jaime Camil, quien compartió escenario y anécdotas con las Angélicas, trayendo a la memoria los años de trabajo conjunto y la camaradería que ha unido a estas figuras del entretenimiento mexicano. Su presencia añadió un toque de nostalgia y humor al espectáculo, en perfecta sintonía con el tono íntimo del show.
Lejos de ser un concierto convencional, el espectáculo ofreció un formato renovado que mezcla escenas teatrales, sketches cómicos y canciones interpretadas con músicos en vivo. El guion salpicado de humor, confidencias y homenajes, se sintió como una carta de amor al público y a la trayectoria que ambas artistas han construido por separado y juntas.
Frente a un público que abarrotó el recinto, madre e hija confirmaron que la herencia artística no solo se transmite: se reinventa.
JVR

