En cines

Hollywoodgate, los talibanes expuestos según sus reglas

El documental es obra del egipcio Ibrahim Nash’at; con valentía y amargura expone la intimidad del grupo paramilitar

Hollywoodgate
Hollywoodgate Foto: X @FilmotecaUNAM

El título de este documental, Hollywoodgate, el cual hace referencia al nombre pintado en una de las entradas que llevaban al interior de la base aérea abandonada en 2021 por las fuerzas norteamericanas en Kabul, es una inquietante metáfora de lo que ésta significó para los Talibanes.

Así como el Hollywood original es un lugar conocido como la “Fábrica de sueños”, el cruzar por dicha puerta y descubrir la enorme cantidad de recursos con los que cuenta normalmente su enemigo, les dio una razón para soñar lo que harían si ellos los tuvieran, y que según sus propias palabras se resume en “convertirse en los dueños del mundo”.

Aquí la perspectiva del director no nada más obedece a su propia postura, está sesgada por las reglas que estos individuos le impusieron para dejarle registrar las imágenes al interior del proceso que en Afganistán iniciaron para pasar de ser una fuerza insurgente, a convertirse en un régimen militar.

La principal condición fue que no tenía permitido filmar a nadie más, en un intento de proyectar la imagen que quería de sí mismos. Esto es algo que sin duda consiguen, claro, si lo que pretendían era mostrarse como opresores sociales incapaces de resolver los conflictos sin recurrir a la violencia, como padres que a sus hijos desde temprana edad ya los visten con uniformes de soldados y los instan a anhelar portar escopetas, que además buscan en la historia occidental de hace cien años la justificación para el maltrato hacia la mujer, en un ejercicio cuyo nivel retrógrada sólo se compara con lo ridículo de uno de los ejemplos que utilizan comparándolas con bombones.

Aun así, el ojo del cineasta, quien de inicio enfatiza los rasgos de la narración en primera persona involucrando de inmediato al espectador, mientras se mantiene firme pese a la amenaza constante de lo que puede pasar si hace algo fuera de los límites que le han establecido, logra encontrar los momentos que le conceden ciertos matices a la figura del Talibán, ya sea en la convivencia que obedece a las necesidades básicas, cuando bromean con las acciones rutinarias, o los recorridos donde emerge la ingenuidad perversa que acompaña la emoción de hacer suyo el armamento abandonado para aumentar así su capacidad de conquista y sometimiento.

Quizás Hollywoodgate, del egipcio Ibrahim Nash’atA Moment with the Wind (2018)—, no le aporta mucho más a la información que ya se tenía sobre el tema, pero con valentía y amargura expone la intimidad de los mecanismos de aquellos que le rezan a la guerra y celebran el dolor que causa, así como lo obtuso de sus argumentos y lo peligroso de sus aspiraciones.

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