Alberto Barros promete una noche de “hermandad rítmica”

El trombonista, compositor, arreglista y director de orquesta Alberto Barros regresa a México para presentarse en el Auditorio Nacional con el espectáculo Tributo a la Salsa y la Cumbia colombiana el próximo viernes 22 de abril. Gala en que comparte escenario con La Sonora Dinamita, Grupo Cañaveral, Mariana Seoane y el intérprete de música urbana, su hijo Elvis Barros.

“Llegar a esta tierra donde siempre soy muy bien recibido es un regalo de Dios, además de ejecutar mi música en el recinto más importante de Latinoamérica, el Auditorio Nacional, sitio por donde han pasado figuras destacadas a quienes admiro. Privilegio estar otra vez frente al público mexicano.

“Será un espectáculo de mucha fuerza, me he preparado para esta ocasión en que traemos varias sorpresas: números inéditos y un disco nuevo integrado por temas románticos y de resentimientos amorosos”, expresó ayer en conferencia de prensa en el Coloso de Reforma el más importante embajador de la ‘salsa dura’, intérprete de los éxitos “Bonita y mentirosa”, “Oiga, mire y vea” o “Cali Pachanguero”.

Presentación del fonograma Despecho que incluye composiciones de animosidades sentimentales entre parejas en armonizaciones de salsa que van del clásico “Rata de dos patas” en paradas por “Mal hombre”, “Ya te olvidé”, “No quiero verte ni en pintura” o “Despintaste payaso”, entre otras piezas.

“Me divierto mucho haciendo estas versiones en mudanza a los espacios de la salsa. La gente baila y desborda con humor sus rencillas amorosas”, abundó el productor de siete exitosos fonogramas de Tributos a la Salsa colombiana y cuatro más a la Cumbia.

A pregunta expresa de La Razón sobre el impacto comercial del reguetón que ha producido un desplazamiento de la salsa en el gusto de los jóvenes, el virtuoso trombonista expresó: “La salsa está enraizada en el alma de las naciones caribeñas y en países, incluso, sudamericanos como Perú o Chile. Los jóvenes escuchan reguetón en sus fiestas, pero nunca falta un poco de salsa, de timba o de son cubano. Aquí en México mis discos han alcanzado categoría de Disco de Oro, lo cual indica que hay interés manifiesto por el género”.

¿Qué va a presentar con su hijo Elvis Barros en el Auditorio Nacional? Vamos a ejecutar una mezcla de sonoridad urbana con salsa, él se inclinó por esa modalidad y ahora se une a su padre salsero para dialogar en una fusión que será una gran sorpresa del concierto. Lo mismo ocurre con Mariana Seoane, Cañaveral y Sonora Dinamita: invitados que interactúan con mi orquesta en una noche de hermandad rítmica más allá de las categorías genéricas. La salsa tiene tanta fuerza que asume en su seno cualquier prosodia y la convierte en éxito para el disfrute de los bailadores.

¿Repaso por las grandes palmas de sus discos? Claro, de eso se trata: hacer un viaje por esos temas que la gente pide donde quiera que voy (“La pollera Colorá”, “Sobredosis”, “Gotas de lluvia” ...) y presentar las pistas inéditas del disco nuevo, Despecho. Es la más grata e importante actuación mía en esta pausa pospandémica.