Conciertos masivos, pero con pruebas PCR y vacuna

Si algo caracterizó a este 2021, en México y en el mundo, fue la vuelta de los conciertos masivos, en los que fans pudieron reencontrarse con sus artistas favoritos, cantar, bailar, estar cuerpo a cuerpo en un show, como eran los espectáculos antes de la pandemia de Covid-19, pero eso sí, con nuevas medidas para evitar contagios de coronavirus: uso de cubrebocas, pruebas PCR o certificado de vacunación completo.

Llegar a este punto no fue fácil, todavía en los primeros meses del año había personas que no deseaban volver a un concierto masivo. Las bandas y cantantes querían regresar, pero esperaban luz verde para poder hacerlo.

Los mexicanos veían en mayo con sorpresa festivales como el Lollapalooza, en Chicago, Estados Unidos, uno de los primeros eventos musicales masivos a nivel mundial en pandemia: asistentes sin cubrebocas bailando y gritando sin sana distancia. Días después del encuentro se dio a conocer que de los casi 400 mil asistentes, se registraron 203 casos de coronavirus; se esperaban más contagios. Los organizadores de este tipo de eventos en diversos países tomaban nota de la experiencia del país vecino.

Después del 2020, un año en el que prácticamente toda la música en vivo estuvo paralizada por el Covid-19 y de que México superó la segunda ola de contagios, la industria buscaba alternativas para regresar a los conciertos presenciales y brindar seguridad tanto a artistas como al público. Fue así que empresas como OCESA, líder en la industria del entretenimiento, impulsaron los conciertos en palcos privados.

El 19 de junio, Los Ángeles Azules inauguraron dicho formato en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Era un regreso que se disfrutaba, pero aún era extraño: el público estaba agrupado en pequeños corrales, donde sólo convivía con familiares o amigos con los que había ido, ahí bailaba y cantaba, pero todavía estaba lejos de sentir esa adrenalina y emoción que generan los shows masivos.

La gente todavía era reservada respecto a estar junto a una persona desconocida, trataba de aprender a disfrutar de la música en vivo en esta nueva modalidad que significaba un respiro, tras más de un año de confinamiento por el coronavirus.

“Ya estoy vacunada y me emociona estar aquí, porque, aunque uno esté grande, quiere salir a divertirse. Se siente bonito escuchar y bailar la música que a uno le gusta”, decía a La Razón, Ramona Rodríguez, de 76 años, quien antes de estar vacunada no salía de su casa.

Los conciertos en palcos se realizaron entre junio y agosto, mientras en México avanzaba la vacunación contra el Covid. Para esas fechas solamente los adultos mayores estaban inmunizados y las personas de 50 a 59 años recibían la segunda dosis de la vacuna.

Fue hasta septiembre, que concluía la vacunación de población de entre 30 y 39 años y se registraban avances en cuanto a la baja de contagios del virus, cuando algunas entidades comenzaron a autorizar los espectáculos masivos, entre ellas la capital del país, que aprobó la realización del Gran Premio de Fórmula Uno y el Corona Capital.

El primer festival en regresar en el país fue el Tecate Pa’l Norte, en Monterrey Nuevo León, en la segunda semana de noviembre, y a éste siguió el Corona Capital, en la Ciudad de México. Éste último reunió en dos días a 121 mil asistentes, 69 mil menos que en 2019. Fue necesario que los asistentes portaran cubrebocas —que con el calor de las cervezas y baile algunos olvidaban—, mostrar certificado de vacunación completo o en su caso una prueba PCR negativa.

De esta manera volvía la vida un poco parecida a antes de la pandemia: jóvenes y no tan chavitos corriendo de escenario a escenario, grupos de amigos disfrutando de su música favorita, cantar junto a tu artista favorito, emocionarse, algo que el streaming no pudo sustituir.

Después del Corona Capital, que en su primer día lució con menos gente que la habitual y que enfrentó cancelaciones de bandas principales, como Disclosure, The Kooks y St. Vincent, se realizó el Coca-Cola Flow Fest, el cual reunió a público, en su mayoría de veintitantos años, para perrear al ritmo de los temas de Wisin y Yandel, Ozuna y Jhay Cortez, por mencionar algunos.

El Auditorio Nacional, recinto referente de los espectáculos en vivo, también reabrió sus puertas para recibir a artistas como Alejandro Fernández y Lila Downs.

En la recta final de los shows masivos del 2021 Panteón Rococó ofreció tres fechas en el Foro Sol, todas con sold out, con cerca de 65 mil asistentes. “Este espectáculo es el que marca el regreso de los conciertos masivos”, apuntaba el vocalista de la banda mexicana Dr. Shenka.