“Juan Gabriel y yo nunca nos quisimos, hicimos las paces al final”: Vicente Fernández

“Juan Gabriel y yo nunca nos quisimos, hicimos las paces al final”: Vicente Fernández
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  • carlos_olivares_baro

Le dicen ‘El Jilguero de Huentitán’, para muchos, el ‘Frank Sinatra de la Canción Ranchera’, se llama Vicente Fernández y el pasado 8 de noviembre la prensa nacional e internacional se reunió en la Arena VFG, colindante a su rancho: para ser testigo de cómo Roberto López, presidente de Sony Music --acompañado de Manuel Cuevas, vicepresidente de ventas, y de Diego Laviada, vicepresidente de marketing-- le entregaba placas por 2 Discos de Oro y 2 Platinos por las altas ventas de Un Azteca en el Azteca (Sony Music, 2016): fonograma triple (dos CDS y DVD) del show de su despedida, el pasado 16 de abril en el Estadio Azteca de la Ciudad de México.

“Los premios están en los aplausos de la gente, en el cariño que he recibido a lo largo de mi carrera. Ese día me retiré y aunque muchos quieren que regresé no lo haré soy un hombre de palabra”, comentó el intérprete de “Mujeres divinas” frente a medios de la televisión y la prensa escrita nacional e internacional.

Con más de 70 millones de discos vendidos, Vicente Fernández es uno de los emblemas de la canción ranchera: “no me creo nada de lo que dicen que soy, para mí lo sagrado es el público, la gente. La fama es una circunstancia, lo mismo que el dinero. Llevo más de 50 años en esto y siempre la gente me ha respaldado, eso es lo que me ha mantenido en pie. Últimamente la salud me ha dado algunos sustos, pero ya estoy bien gracias a Dios con mis animales. En realidad soy un ranchero, me levanto temprano a darles vueltas a mis vacas y a mis caballos. A eso me dedico y no salgo a ningún lado, de mi rancho no hay quien me saque”, comentó.

Para enfatizar en su buen estado de salud y la recuperación de las dolencias de los huesos, ante la insistencia de una reportera, da unos brincos sobre el tablado que provocan los aplausos de los corresponsales. “En serio, me siento bien. Me he retirado a tiempo para no dar lástima después”, abundó.

“Ya que insisten en lo de Juan Gabriel les voy a contestar: Juan Gabriel y yo nunca nos quisimos, durante más de dos décadas estuvimos distanciados. Sentí mucho su muerte igual que la de Joan Sebastian. Todo ya es leyenda, pero el día que murió yo lo había invitado para que comiera aquí... cuando me enteré de su muerte se me cayó el mundo encima. Nuestra enemistad proviene que no grabé nunca el tema “Se me olvidó otra vez”, no fue culpa mía: la disquera no me permitió grabarlo. Juan Gabriel nunca más me dio una composición suya. Sin embargo, me invitó a su disco de duetos. Me dijo que yo debía estar porque yo era la diferencia. Y eso me emocionó mucho, ya al final casi hicimos las paces”, contó Chente.

Sobre sus propiedades expresó: “No soy dueño de nada, no tengo nada, solo mi voz y mis vacas. Los dueños son mis hijos. Tengo algunas cositas por ahí porque no quiero pedir limosna a nadie. Mi mayor riqueza son mis nietos”.

“No pude cantar con José José: qué pena. Quiero hacer un dueto con Placido Domingo. Lo haré en un disco. Dije que me retiro de los escenarios no de los estudios de grabación, seguiré lanzando discos, aquí tengo mi estudio equipado con todo”, contestó cuando lo inquirieron sobre lo que le faltaba por hacer.

La prensa fue testigo de un Chente vital con desbordado humor, cordialidad y cariño por su pueblo. Protagonista clave de la canción mexicana: jilguero entregado a su gente. Hay Chente para rato: que no le quepa dudas a nadie.