Libro desentraña el misterio de las niñas soldado de Hitler

Libro desentraña el misterio de las niñas soldado de Hitler
Por:
  • celia_maza

Aquella noche del 12 de octubre de 1944, Barbie Densk se estremecía bajo una manta mientras yacía en una trinchera en Aquisgrán. Se había ofrecido para defender a su familia de la infantería americana que rodeaba la ciudad alemana.

“A través de mis binoculares podía ver a los soldados enemigos. Cogí mi rifle. Las otras chicas me siguieron y comenzamos a disparar”, recuerda aún con horror. Tenía tan sólo 15 años. Barbie era miembro del Bund Deutscher Madel, un ejército formado por niñas que en algunos casos no habían cumplido los 11 años, pero que, durante la Segunda Guerra Mundial, fueron entrenadas en la Alemania nazi de Adolf Hitler para “defender la patria” y “ahogar a los enemigos en sangre”. Muy poco se sabe de esta joven milicia femenina del Tercer Reich. Pero el escritor inglés Tim Heath descubre ahora las escalofriantes historias humanas de sus protagonistas en el libro Hitler’s Girls: Doves Amongst Eagles (Las niñas de Hitler: palomas entre Águilas).

“Supe de su existencia tras un encuentro casual con Kirsten Eckerman, que entonces tenía 74 años, en el cementerio militar alemán de Cannock Chase en Staffordshire”, explica el autor al Daily Mail.

“Me habló de su pertenencia al Bund Deutscher Madel y me presentó a amigas que tenían experiencias similares, la mayoría horrorosas. Mientras me embarcaba en innumerables entrevistas, pronto me di cuenta de que se trataba de una generación de mujeres que estaba desapareciendo y cuyos relatos tenían que conocerse antes de que fuera demasiado tarde”, matiza.

SIN SEXO. El Bund Deutscher Madel (BDM) no fue concebido, en principio, como brazo armado para defender a Fatherland. Fundada en la década de 1920, fue obligatoria para las niñas arias elegibles a partir de 1936.

Originalmente fue creada como una guía de adoctrinamiento para una nueva generación en la ideología del Tercer Reich. Las chicas adolescentes de la Alemania nazi recibían una educación muy limitada construida alrededor de cinco principios: ejercicio físico, cocina, higiene personal, limpieza y bebés, aunque el sexo no 
estaba en el plan de estudios. Se hacía sobre todo hincapié en el ejercicio físico, incluidos bailes desnudas.

En aquella época, la doncella alemana tenía que ser “hermosa, flexible, radiante y fuerte”. Después de la escuela, las muchachas de entre 10 y 14 años debían atender a los grupos Jungmadel, mientras que aquellas entre los 14 y 18 años debían asistir a las reuniones del BDM, donde nazis importantes como Heinrich Luitpold Himmler —uno de los principales líderes del partido— o Paul Joseph Goebbels —uno de los colaboradores más próximos a Führer— daban conferencias.

Ambas organizaciones desfilaron en las manifestaciones de Nuremberg y tras los desembarcos aliados de 1944, cuando incluso los nazis más fervientes tuvieron que admitir que estaban perdiendo la guerra, el régimen comenzó a animar a las niñas para que se ofrecieran voluntarias para defender la patria.

Hitler emitió un decreto para que niñas de hasta 10 años ingresarán a la milicia y se las enseñó a poner trampas, convertirse en francotiradoras, sabotear carreteras, e incluso operar armas Panzerfaust.

Las niñas de Hitler:

palomas entre Águilas

Habían consagrado su infancia y adolescencia a servir al Führer incondicionalmente. Todas le habían escuchado hablar y ese sentimiento de fascinación hacia el líder se adueñaba de las niñas. Uno de los testimonios que recoge el libro de Tim Heath hace referencia al momento en que una joven pudo conocer a Hitler: «A partir de ese día, le vi como un salvador personal, le veíamos de la misma manera en la que las chicas de ahora ven a sus estrellas de pop favoritas. Muchas de nosotras nos enamoramos después de conocerlo, de poder estrechar su mano, de verle de cerca. Sí, se puede decir que en cierto modo estábamos todas enamoradas de él». El adoctrinamiento a que eran sometidas las púberes realmente no conocía límites.

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