Adiós a la siempre polémica Tigresa

La actriz, cantante y política Irma Serrano, “La Tigresa”, figura del cine mexicano y una voz de la música ranchera, que lo mismo causaba polémica en el mundo del espectáculo como en la política con su franqueza, murió ayer a los 89 años en su natal Chiapas, a causa de un infarto, detalló su sobrino Luis Felipe García.

“Ella era una mujer sana, su fallecimiento resultó inesperado para sus familiares y amigos”, dijo a diversos medios de comunicación García, durante las exequias que se realizaban en la funeraria Recinto San José, en Loma Bonita, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Su sobrino la recordó como una mujer que siempre fue libre, valiente y que no se quedaba callada, personalidad que siempre la hizo destacar, a la par de su talento multifacético: destacó como cantante de rancheras, etapa de la que es recordada su canción “La Martina”, fue una estrella de cine que le quitó cierto puritanismo al séptimo arte mexicano, fue actriz e impulsora del teatro con obras irreverentes y política, terrenos donde causó ámpula.

Por ese motivo, ayer que se dio a conocer su deceso, en el mundo del entretenimiento se lamentó su muerte.

“Dejó una amplia trayectoria en el cine mexicano, La Tigresa, Naná y La Martina son algunas de sus películas más reconocidas”, destacó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). Mientras que el Instituto Mexicano de Cinematografía, resaltó que “La Tigresa” creó “un estilo aguerrido” en el séptimo arte nacional.

“Aún hipnotiza su mirada fija y su lugar en la frente”, agregó el instituto. Irma Serrano, quien en su época de juventud hipnotizaba por su belleza, no solamente su escultural figura sino también sus atractivos ojos y su característico lunar en la frente, se inició en la música ranchera en la década de los años 60. En 1970 ya contaba con un gran prestigio, incluso la colocaban entre las grandes, junto a Lucha Villa.

A la par de su carrera como cantante, también fue ganando renombre en el cine. Incursionó en 1962 con la película Santo contra los zombies, dirigida por Benito Alazraki. A ésta le siguieron El extra (1962), Tiburoneros (1963), El Zurdo (1965) y El hijo de Gabino Barrera, por mencionar algunas.

Sin duda, los filmes más recordados son La Tigresa, donde da vida a una huérfana que fue criada por un tigre; La Martina, quien después de ser avergonzada públicamente busca venganza; y Noches de cabaret, el cual se centra en tres mujeres que tuvieron una vida de dolor y se refugian en el cabaret.

En el teatro formó parte del elenco de la obra Naná, que se montó en el Teatro Fru Fru, antes Teatro del Renacimiento, el cual compró y remodeló. Con esta puesta causó controversia por los desnudos y escenas lésbicas.

En la década de los años 90 decidió dedicarse a la política, primero como senadora y luego diputada por el estado de Chiapas. Comenzó en las filas del PRI y después se incorporó al PRD, para concluir de manera independiente.

Su vida personal también estuvo envuelta en el escándalo, primero por su aventura con el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, de la cual da detalles en su libro autobiográfico A calzón amarrado, con el cual también causó polémica en una época en la que era “mal visto” que las mujeres hicieran públicos aspectos como éste.

De ese amorío queda en la memoria el momento en el que Serrano llevó serenata a la Residencia Oficial de Los Pinos, donde interpretó “Yo trataba un casado”, supuestamente dedicada a la primera dama Guadalupe Borja.

El nombre de Irma Serrano después estaría encabezando la prensa rosa debido a la relación que entabló con Patricio Zambrano, 30 años menor que ella; y después se le involucró con Alfonso de Nigris, 46 años menor que ella, éste declaró que nunca hubo nada entre los dos.

Hasta el momento la familia de la actriz y cantante valoraba si trasladaría los restos de Irma Serrano para despedirla con un homenaje en la CDMX.