Netflix adapta novela de terror de Shirley Jackson

Netflix adapta novela de terror de Shirley Jackson
Por:
  • luciana wainer

De misterios y penumbras. De voces por la noche y sombras en la oscuridad. De todas aquellas cosas que no percibimos a simple vista, de todas aquellas frases que se quedan a medio decir. De lo que vemos y de lo que creemos ver. De aquello que nos gustaría nunca haber visto. Del escalofrío que nos recorre la espalda al ver una serie de terror antes de dormir y de lo mucho que disfrutamos esa sensación. Bienvenido sea, entonces, el miedo primitivo y casi infantil que nos provoca creer, como cuando éramos niños, que los monstruos pueden esconderse debajo de la cama y los crujidos de la madera son consecuencia de pisadas de algún otro que nos observa. Lejos de los golpes efectistas que tanto han llenado las pantallas, llega La maldición de Hill House, para placer de algunos e insomnio de otros.

Las mansiones embrujadas han sido uno de los tópicos favoritos de la cinematografía de terror; Hill House, en ese sentido, toma un poco de todas las historias que se han contado a lo largo de los años, pero lo hace cuidando al máximo los detalles, dejando pistas visuales para los espectadores más atentos, con largos planos secuencia y creando una atmosfera opresiva, angustiante y, sobre todo, verosímil. No será la originalidad del guión lo que consiga atraparnos, sino la multiplicidad de narraciones que iremos recorriendo a través de los ojos de los cinco hijos de la familia: cada quien con sus verdades, cada quien con sus recuerdos, igual que en la vida. A partir de un trágico suceso que reúne a toda la familia en el presente, viajaremos al pasado para tratar de comprender qué experiencias los han llevado hasta este lugar que podríamos catalogar —como mínimo— de oscuro, y, a su vez, trataremos de desentrañar qué misterios encierra la casa, el cuarto rojo y cada miembro de la familia.

"Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta"

Thomas Bailey Aldrich

La maldición de Hill House no era una de las apuestas fuertes de Netflix, sin embargo, causó más impacto que algunas de las producciones que venían anunciándose con fervor. Si mantener la tensión y el interés durante los noventa minutos que puede durar una película es una tarea difícil, hacerlo durante diez capítulos es todo un desafío. Y si bien la serie se extiende un poco más de lo necesario, el éxito en el resultado es evidente. La clave está en que los personajes no están ahí exclusivamente en función del efecto, por el contrario, cada uno tiene su propia historia, carácter y personalidad y constituyen una ficción por sí solos. De esta manera, crearemos empatías y antipatías con cada miembro de la familia Crain y nos resultará difícil alejarnos de la pantalla.

Dicen que el diablo está en los detalles… al parecer, los fantasmas también. En cada reflejo y en cada fuera de foco podremos vislumbrar sombras humanas y ojos que nos siguen desde las sombras, para quien tenga la audacia de observar con detenimiento.

Cuando apago el televisor me quedo en silencio… mi casa también tiene sus propios sonidos; extraños, ajenos, sospechosos, tal vez. Me convenzo que es parte de mi imaginación, que estoy sola, que los fantasmas no existen. Cierro los ojos. Otra vez el ruido… ¿estoy sola?

Alguien niega en la oscuridad, pero yo no lo veo.