Obra explora universo al que van las decisiones no tomadas

Obra explora universo al que van las decisiones no tomadas
Por:
  • raquel_vargas

Para Mónica Huarte hacer teatro es una “necesidad del alma”, aunque las circunstancias para levantar un proyecto siempre son complicadas. Sabe cómo acaba cada uno de los capítulos de su historia como actriz… pero ¿qué pasa con esas cosas que la gente no hace o lleva a cabo de diferente manera a la pensada originalmente? La puesta en escena Constelaciones explora las posibilidades que genera un mismo hecho a partir de las decisiones que toman los personajes.

“Los mexicanos somos así totalmente, pensamos en el ‘si yo hubiera’ de eso se trata esta obra”, expresa la actriz en entrevista con La Razón.

Esta historia habla de Mariana y Rolando, quienes se conocen en un asado y platican, o tal vez no. Probablemente ni siquiera podían hablar. “En cuanto leí la obra me quedé totalmente enamorada de que, tomando como centro el amor, hable de física cuántica, y de esta posibilidad de que en otro universo exista todo lo que no decidimos”, agregó.

Para la ganadora de la Diosa de Plata por Cansada de besar sapos esta obra del dramaturgo británico Nick Payne “me voló la cabeza el simple hecho de pensar que las cosas que rechacé o dije que no están ahí en otra dimensión, por eso decidí comprar los derechos junto con Alonso Pineda”.

Esa decisión fue lo que embarcó a la actriz en una travesía para producirla.

“Enamoramos a todo un equipo, José Manuel López Velarde llegó a la dirección; Jorge Ballina, en la escenografía; Gabriela Fernández, en el vestuario; todos se fueron involucrando poco a poco y por último cayó Nacho Tahhan, con quien comparto el escenario”, detalló.

Con funciones hasta el próximo 11 de septiembre en La Teatrería, Constelaciones mezcla la ciencia con las abejas. “Mi personaje, Mariana, trabaja en la UNAM; es física cuántica y conoce a Rolando, que es un apicultor; parece que nada tienen que ver, pero justo lo que hace el autor es ponernos todas las posibilidades dentro de esta historia de amor, todo lo que pasa desde que ella se lo trata de ligar con un discurso súperloco”, explicó.

Constelaciones está dividida en tres universos: “en el primero él tiene novia, así que no hay nada qué hacer; en el segundo acaba de cortar y tampoco; en el tercero él está libre; así va avanzando la historia. Lo más fascinante de esto es darte cuenta que a veces una sola palabra puede transformar un universo por completo. Para el espectador todo es muy interesante porque la obra genera que todo el tiempo esté pensando en que las cosas pueden cambiar con las más mínimas decisiones y además te hace voltear a ver tu propia vida, en qué has hecho para tu mundo sea lo que es”, dijo.

En ese sentido, algo que ella siempre se ha preguntado es si su carrera pudo haber sido diferente. “A mí me becaron en Estados Unidos, pero decidí venirme aquí a estudiar con Ludwik Margules; a veces me da el gusanito de pensar qué hubiera pasado conmigo si hubiera aceptado irme, porque estudie un año para hacer la audición y me aceptaron. Pienso qué habría pasado, si mi carrera la hubiera hecho allá, si estaría casada y con tres hijos; definitivamente creo que sería absolutamente diferente”, comentó.

Para la actriz hacer teatro es una “pulsión de vida y en estos tiempos hay mucha más oportunidad de levantar tus proyectos porque existen programas como el Efiteatro, o proyectos que se pueden fondear en plataformas digitales, si no tú ves como le haces, ya sea en un teatro chiquito o a través del microteatro, si te las ingenias lo puedes hacer”, indicó.

“El teatro busca la manera de existir a pesar de que todo esté en contra, porque hacer teatro en México es como ser torero en Nueva York, una locura; sin embargo, somos muy necios y seguimos haciéndolo; creo que cada vez hay más chance de hacerlo. Además es fundamental para el país”, concluyó.