“Vivarium”: una siniestra fantasía acerca de la vida en pareja

Con claras reminiscencias a la crítica realizada en múltiples ocasiones acerca del ideal de vida familiar prefabricado, que impulsaban sobre todo los republicanos estadounidense en los 50 —y que ha redundado en películas tipo “Mujeres Perfectas” (1975, 2004) o cómics como “The Visión”, de Marvel-, además de cierto aire a la clásica serie “Dimensión Desconocida”, “Vivarium” lleva al extremo la perfección artificiosa de dicho modelo, para exponer la devastadora naturaleza básica de los lineamientos impuestos dentro de las relaciones de pareja, con un agregado que se convierte en el motor de la incertidumbre destinada a detonar en miedo, el aislamiento.

Se trata de un thriller con tintes terroríficos y de fantasía protagonizado por Imogen Poots —serie “I Know This Much Is True” (2020)— y Jesse Eisenberg —“El Arte de Defenderse” (2019)—, quienes, con una enorme convicción, pero evitando innecesarios aspavientos, interpretan a una pareja joven que, en la búsqueda de encontrar casa para establecer un hogar primerizo, termina sumergida en una despiadada pesadilla.

La pulcritud de los escenarios inmutables, con construcciones idénticas y habitaciones llenas de objetos y muebles exactamente acomodados y entre los que se desarrolla un ciclo repetitivo y abrumador, es inversamente proporcional a la descomposición física y emocional de los personajes, quienes de inicio sólo atinan a seguir las pautas de la convivencia, dejándose consumir por las preguntas que saltan de la pantalla y acompañan al espectador durante un trayecto no exento de algunos toques de ironía.

Es una lástima que pierda el ritmo al estacionarse de más en algunas situaciones, quedándose corta luego en el juego final de espacios entrelazados, y desperdiciando las múltiples implicaciones de la propuesta al apostar por el más obvio de sus planteamientos a la hora de cerrar la línea argumental principal.

Aun así, “Vivarium”, dirigida por Lorcan Finnegan —“Without Name” (2016)—, es un sugestivo ejemplo fílmico de cómo retorcer lo cotidiano para hacer disecciones a la realidad dentro de los parajes de una mustia distopía a la que sin duda vale la pena darle un vistazo.