Durante su mandato de tres años como gobernador sustituto de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos, aumentó 85.3 por ciento su seguridad personal, mientras que de manera paralela crecieron los hechos de violencia y la incidencia de diversos delitos de alto impacto.
De acuerdo con información obtenida por La Razón vía transparencia, en 2021, cuando Adán Augusto López solicitó licencia como gobernador de Tabasco, tenía asignados 41 elementos de la Policía Estatal para su protección personal, un número que se mantuvo constante durante los tres años en los que el ahora senador de Morena ejerció el cargo.
Al año siguiente, ya durante la administración de Merino Campos, el número de policías comisionados a la seguridad del gobernador subió a 48. En 2023 la cifra aumentó a 49 y en 2024, el último de su mandato, la cifra de escoltas para su protección personal se disparó a 76.
- El Dato: De acuerdo con la más reciente ENSU del Inegi, Villahermosa es la ciudad del país en donde se tiene una mayor percepción de inseguridad, con 90.6 por ciento.
Ese mismo año, los homicidios dolosos se triplicaron en la entidad, ya que, como lo documentó en su momento este medio, las carpetas por este delito pasaron de 234 a 707 entre un año y otro, con base en cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Los asesinatos no fueron los únicos que aumentaron, pues también crecieron otros delitos de alto impacto, como el robo de auto, robo a negocio y extorsión.
El robo de vehículo pasó de 982 a mil 294 carpetas de investigación, lo que significa un aumento de 121 por ciento entre 2023 y 2024, mientras que en robo a negocio se observó un alza de 91 por ciento, al pasar los casos de 856 a mil 640 entre un año y otro.
Además, el delito de extorsión registró un incremento de 41 por ciento, toda vez que en 2023 se abrieron 102 averiguaciones previas, mientras que la cifra se elevó a 144 durante los 12 meses siguientes, nueve de los cuales gobernó el estado Carlos Manuel Merino Campos.
Pero el ilícito que más creció fue el narcomenudeo, muy asociado a los ataques armados a bares que se registraron al final del sexenio anterior y principios del actual. Este delito creció mil 100 por ciento, pues los expedientes pasaron de 30 a tres mil 30 entre 2023 y 2024.
En el último año de la gestión de Carlos Manuel Merino Tabasco padeció al menos cinco jornadas violentas, en las que hubo quema de autos y de negocios, asaltos masivos y simultáneos, bloqueos carreteros, asesinatos, balaceras y hasta un motín en el penal de Villahermosa.
En este lapso también fue común la aparición de narcomantas con amenazas hacia funcionarios públicos, entre ellos el secretario de Seguridad, Víctor Hugo Chávez, a quien grupos de la delincuencia organizada acusaban de no ser “neutral”.
Durante este último año del sexenio anterior, marcado por la violencia, se presentó una gran disparidad entre la protección con que contaba el jefe del Ejecutivo estatal y los otros dos Poderes.
Mientras el gobernador Merino tuvo 76 escoltas para su cuidado, funcionarios del Tribunal Superior de Justicia de Tabasco contaron con cuatro y al Congreso local únicamente se le asignaron dos. La Secretaría de Gobierno contaba con 14 elementos, más del doble que los otros dos Poderes del estado juntos.
En total, durante 2024, 111 elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana cuidaron a servidores públicos de Tabasco.
Sin embargo, pese a que ese año, el último del mandato de Carlos Manuel Merino, fue en el que hubo una mayor protección para el gobernador, en 2022 fue cuando más elementos de la Policía Estatal estuvieron comisionados para dar seguridad a funcionarios, con 114.
Las dependencias que tuvieron al menos un elemento de la Policía Estatal para el cuidado de sus funcionarios fueron, además de la Secretaría de Gobierno, las de Bienestar, Movilidad, Administración y Turismo.
Ese año también se le asignó un policía a la dirigencia estatal de Morena, al Conalep, a la delegación estatal del Infonavit, a los ayuntamientos de Tenosique y Cunduacán, al Tribunal Superior de Justicia del estado, a la Fiscalía General estatal y al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco.
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En 2018, al final del sexenio del perredista Arturo Núñez Jiménez, 100 elementos de la Policía Estatal estaban asignados a la protección de servidores públicos de la entidad, cifra que bajó a 85 al año siguiente, cuando asumió el cargo Adán Augusto López Hernández.
La cifra se mantuvo así durante dos años, pero en 2021 subió a 90. En 2022, ya con Carlos Manuel Merino al frente de la administración, creció a 114; al año siguiente se ubicó en 100 y cerró el sexenio, en 2024, con 111.
Año con año se comisiona a una cantidad considerable de uniformados para la protección del gobernador y de otros servidores públicos, pese a las carencias de que adolece la Policía Estatal.
Del Plan Estatal de Desarrollo aprobado por el Congreso local el pasado 30 de diciembre se desprende que durante el sexenio anterior, la corporación policiaca experimentó un deterioro en su capacidad de fuerza, debido a bajos salarios, horarios extenuantes y envejecimiento de la tropa.
