Iglesia Católica pide dejar de ver a migrantes como criminales

La Arquidiócesis Primada de México denunció el incendio ocurrido en el centro de detención para migrantes del Instituto Nacional de Migración, ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde “la vida de 40 personas fue apagada por el fuego ante la mirada de funcionarios y elementos de seguridad que no hicieron nada para auxiliarlos.”

Por medio de su semanario Desde la Fe, la institución eclesiástica señaló que, a pesar de que existen órdenes de aprehensión contra los involucrados, aún existe una “deuda social con los migrantes”. Además, remarcó que las políticas migratorias únicamente se están enfocando en la contención, dejando de lado los derechos humanos de las personas migrantes.

Por estas razones, resaltó que se debe tomar en cuenta un factor humanitario para dar una solución a la crisis migratoria, pues los migrantes “son personas vulnerables, con historias dramáticas que, en la mayoría de los casos. la única opción que tienen para alimentar a sus familias es emigrar a otro país”.

La Iglesia Católica hizo un llamado a los tres poderes de Gobierno para establecer acciones, junto con la sociedad civil, para no ver a los migrantes como criminales y, por medio del diálogo, cooperación y acciones, “garantizarles un trato digno y humano”.

Extendió su apoyo a los migrantes, recordando que cuentan con albergues donde les brindan comida, apoyo médico, apoyo psicológico, asistencia espiritual y opciones para integrarse a la sociedad.

“Desde la Arquidiócesis Primada de México, les recordamos a nuestros hermanos migrantes que siempre pueden contar con el acompañamiento pastoral de esta Iglesia, que no discrimina por lugar de origen, nacionalidad, idioma o situación migratoria.”

Aunado a esto, informó que la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, y las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tendrán una reunión para abordar temas relacionados con migración, tales como el fortalecimiento de instancias de gobierno que existen para atender la “incidencia del problema migratorio”, y la operación de los albergues.

“Como ha recordado el Papa Francisco: nuestras hermanas y hermanos en tránsito no son invasores, ni destructores, ni usurpadores. Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen.” concluyó.

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Leo