Famosa por su arquitectura Bauhaus

Tel Aviv, un recorrido por la vibrante ciudad blanca

Otro atractivo es el Museo de Arte de Tel Aviv, que tiene una colección de arte clásico y contemporáneo. Destacan piezas de Picasso, Rembrandt y Kandinsky.

Vista del viejo puerto de Tel Aviv, en Israel.
Vista del viejo puerto de Tel Aviv, en Israel. Fotos›Especial

Tel Aviv, segunda capital de Israel, es un oasis en el que la juventud israelí confluye con un pasado y presente vibrante; es una ciudad que, como su nación, es joven y aún se mantiene en construcción. Como diría el célebre escritor argentino Jorge Luis Borges: “La más antigua de las naciones / es también la más joven”.

A unos pasos del mar Mediterráneo azul y frío, en la “capital económica” de Israel, también la innovación y el futuro se respiran. Con apenas 0.2 por ciento de la población mundial, se concentra cerca del 12 por ciento de la inversión global en ciberseguridad.

Además de que es considerada por expertos en tecnología como uno de los hubs tecnológicos más importantes, solo detrás de Silicon Valley, en Estados Unidos. De esta tierra surgieron el USB, el sistema de irrigación por goteo, el cual es visible en cada uno de los camellones y de las grandes avenidas, y parte del software base de los teléfonos inteligentes actuales.

  • El Tip: Un lugar imperdible es el Mercado del Carmelo, en el que te sorprenderá el aroma a frutas y especias, y donde podrás degustar un delicioso jugo de fruta recién exprimida.

Recorrer las calles de esta urbe es encontrarse con las culturas judías ortodoxas y ultraortodoxas y con diferentes extranjeros que han llegado a asentarse y buscar una oportunidad.

Si bien las grandes avenidas y los carros pululan, pues es más el parque vehicular que los habitantes de Israel, ya que alrededor de cada familia hay 2.5 autos, también quienes deben andar por las calles, prefieren ir en bicicleta o en patín eléctrico, no sólo porque son medios de transporte más rápidos, sino debido a que las aceras están habilitadas con estas ciclopistas.

Edificios modernos son muestra del crecimiento de la metrópoli.
Edificios modernos son muestra del crecimiento de la metrópoli. Fotos›Especial

Entre cafés gourmets, comida mediterránea, ensaladas y una vasta oferta gastronómica para todos los gustos y de cualquier parte del globo terráqueo, se pueden encontrar en las calles las famosas construcciones Bauhaus, el sello arquitectónico de la Ciudad Blanca. Algunas de ellas están llenas de flores que gracias a la humedad algo constante debido al mar Mediterráneo, florecen.

Al menos cuatro mil edificios de estilo modernista hacen que su Ciudad Blanca sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero también, el estilo brutalista y árabe influyen en algunas de las construcciones.

Costa del mar Mediterráneo 
en Tel Aviv.
Costa del mar Mediterráneo en Tel Aviv. Fotos›Especial

Y si de mar se trata, las playas y puertos no sólo ofrecen gastronomía marítima, también la oportunidad de hacer ejercicio bajo el sol; pero no las típicas pesas, sino practicar futbol o bádminton.

El ambiente sonoro está acompañado de las risas de los amigos y de las infancias, pero también de música en hebreo o hasta del internacional Bad Bunny, quien, con sus éxitos rumberos, pone el ritmo a la diversión del mediterráneo.

Mercado del Carmelo, el más grande de este destino israelí.
Mercado del Carmelo, el más grande de este destino israelí. Fotos›Especial

La puesta de sol y la salida de las estrellas marcan un espectáculo que pocos se detienen a admirar, pues el vértigo y la prisa muchas veces pueden más; sin embargo, aquellos que valoran este acontecimiento se disponen a disfrutar.

La vida nocturna en Tel Aviv es poderosa y rivaliza con cualquier capital de América Latina, pues cualquiera que así lo desee puede divertirse. En el boulevard Rothschild, juventudes toman una cerveza acompañadas por sus padres y hasta abuelos; es un lugar donde en las aceras centenares de personas degustan la vida a cada trago y cada fumada.

Recorrer Tel Aviv a pie no sólo es disfrutar de un jugo de naranja o de cualquier sabor en los cientos de juguerías que hay, también es la posibilidad de degustar una shakshuka —un plato de huevos con salsa roja condimentada— con los amigos, y una hora después andar en bicicleta rumbo al mar para broncearse.