El pan de muerto no sólo huele a anís, a naranja o a azúcar espolvoreada; también a nostalgia. Surgido de la mezcla entre rituales prehispánicos y la panadería europea del siglo XVI, representa en su forma redonda el ciclo de la vida y la muerte. Los huesos que lo adornan evocan los lazos familiares, mientras la bolita del centro simboliza el cráneo del ser amado. Desde las primeras ofrendas coloniales, se convirtió en un emblema culinario de la memoria mexicana, tan poderoso como la flor de cempasúchil.
Cada 16 de octubre se celebra el Día Internacional del Pan, una fecha proclamada por la Unión Internacional de Panaderos para reconocer el valor universal de este alimento, presente en casi todas las culturas. En México, la conmemoración adquiere un sentido especial en este mes previo a las festividades del Día de Muertos: el pan no sólo nutre, también conecta con lo espiritual. Y entre todos los panes, el de muerto es quizá el más significativo, porque encierra historia, fe y afecto.
- El Dato: La concha es reconocida como el pan dulce más popular de México. Fuentes dedicadas a panadería la mencionan como la favorita del paladar mexicano.
Con el paso de los siglos, su aroma ha cruzado mares. Hoy se hornea no sólo en panaderías mexicanas, sino también en cocinas de Estocolmo, Montreal o Tokio, donde las comunidades migrantes mantienen viva la tradición. En cada masa, se mezcla el recuerdo y la identidad.
“Cuando llegué a vivir a Suecia y llegaba el Día de Muertos, sentía que algo me hacía falta. Aquí no pasaba absolutamente nada. Entonces decidí que iba a aprender a hacer pan de muerto”, cuenta a La Razón Josie Jonsson, mexicana radicada en la ciudad de Gotemburgo. “Cuatro años después, cuando nació mi primer hijo, quise transmitirle esa tradición. Compré unas calaveritas, pinté papel China y cociné mi primer pan. Con eso hice mi primera ofrenda”.
Aquel primer altar, sencillo y emotivo, marcó el inicio de una costumbre que Josie replicaría cada año. “Desde chicos les inculqué esa tradición; les encanta el pan de muerto y saben lo que significa. Ahora, con la comunidad mexicana aquí, cada año se hace una gran ofrenda en el Museo de las Culturas del Mundo. Hay mariachi, talleres de calaveritas y pan de muerto. La tradición está más viva que nunca”, afirma.
- El Dato: en la cdmx, Croque Voyague ofrece un pan de muerto que evoca a la famosa talavera. Está en el corazón de Coyoacán.
El fenómeno, dice, creció también gracias a la película Coco, que despertó curiosidad y respeto por el Día de Muertos entre los suecos. “Hoy ya puedes comprar por Internet papel picado, calaveras y hasta moldes para pan. Es increíble”, comenta.
En otro rincón del mundo, en Montreal, Canadá, Uly Boy encontró en el pan de muerto un refugio durante los días más duros de la pandemia. El cantante y compositor mexicano decidió aprender la receta de su abuela para sobrellevar el encierro en esa época aciaga.
“Buscaba otra forma de salir adelante. Empecé a hacer pan y a compartirlo con mis vecinos. Les gustó tanto que terminé vendiéndolo en cafeterías locales”, recuerda el intérprete.
Así nació su pequeño negocio Apapacho, una panadería artesanal que entrega pan de muerto a distintos puntos de la ciudad. “Quería que cada mordida fuera un apapacho de México para quienes vivimos lejos. Es una forma de abrazar con sabor y con recuerdo”, explica.
Su propuesta tuvo tanto éxito que hoy produce centenares de piezas por temporada, hechas con ingredientes locales, pero con la esencia tradicional mexicana. “Lo que más me emociona es ver a canadienses esperando el pan. Es una tradición que adoptan con respeto”.
El pan de muerto, que se horneó para recordar a los antepasados en los pueblos del altiplano, ahora se ofrece en vitrinas de panaderías nórdicas y cafeterías de Quebec. Aun lejos de los altares con velas y flores, mantiene su promesa: reunir a los vivos con sus recuerdos.
Y así, entre azúcar y azahar, el pan que honra a los ausentes sigue uniendo corazones más allá de las fronteras, demostrando que las tradiciones, cuando se comparten, nunca mueren.
CINCO DATOS CURIOSOS
- Origen milenario: Los primeros panes datan de hace 14 mil años en Jordania; se hacían con cereales silvestres y agua.
- Símbolo universal: En casi todas las culturas representa vida, comunión y hospitalidad; en Egipto era moneda.
- Día Internacional del Pan: Se celebra el 16 de octubre desde 2006; coincide con el Día Mundial de la Alimentación.
- Pan de muerto: Fusión indígena y española; su forma simboliza el ciclo de la vida y su aroma a azahar es identidad.
- Un sabor global: Existen más de 250 variedades tradicionales en el mundo: de la baguette al naan y el pan de muerto