A 10 MESES de haber iniciado su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, espera dejar una huella arquitectónica duradera en la Casa Blanca con una obra magnánima y ambiciosa que ya ha comenzado su construcción: un enorme Salón de Baile que ocupará el Ala Este, pero que implicó, además, demoler una sección histórica del recinto.
El lugar tendrá unos 8 mil 400 m2 de extensión, capacidad para un aproximado de mil personas y un costo de entre 250 y 300 millones de dólares.
A pesar de que el financiamiento de la obra proviene de donaciones privadas (de empresas como Google, Amazon y Apple), este gasto es comparable al de algunas partidas presupuestales importantes, como fondos para agencias culturales o infraestructura, lo que hace que muchos vean este proyecto como un capricho con una carga simbólica y económica muy elevada.

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Entre otras obras, el magnate también ha propuesto un gran arco triunfal, inspirado en el parisino, que planea ubicar en un punto visible de la capital.

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