Foto Cuartoscuro
Con la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, El Z-3 o El Lazca, quedó extinta el ala ex militar que fundó Los Zetas y por muchos años encabezó las operaciones delictivas de este grupo, considerado por el presidente Felipe Calderón como el “más violento del mundo”.
Sin embargo, aunque fracturado, por la detención o abatimiento de sus 14 fundadores, y más de 100 líderes, entre operadores financieros, jefes regionales o jefes de plaza, Los Zetas se ha mantenido como el segundo cártel más grande en México, sólo debajo del Cártel de Sinaloa.
El mando ahora lo tiene la segunda generación de Zetas, conocidos como Los Cobras o los L, encabezados por los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, El L-40 y El L-42, que sin ser ex militares peleaban hace meses el liderazgo del grupo con El Lazca.
Los Treviño Morales, ligados a un sin número de homicidios, entre ellos el de José Eduardo Moreira, hijo del ex líder del PRI Humberto Moreira, son señalados como quienes “pusieron” a El Lazca a la Marina-Armada, que lo abatió el 7 de octubre pasado en Progreso, Coahuila.
“El narcotráfico es un negocio, una empresa, con la muerte de El Lazca no desaparecen Los Zetas, claro que no, y no desaparecen porque no desaparece el negocio, quien piense que sí se acaban, está en el simplismo del gobierno federal que ha cometido un error estratégico y deliberado que es el descabezar a las organizaciones en vez de desarticularlas“, asegura el criminólogo Pedro Peñaloza.
En efecto, tras la detención de un líder, siempre hay quien cubre la vacante con un elemento igual o más sanguinario.
Informes del gobierno señalan que además del narcotráfico, Los Zetas están involucrados en secuestro, extorsión, cobro del derecho de piso, piratería, tráfico de indocumentados, robo a ductos de Pemex, e incluso, robo de metales como la plata y oro.
Los Zetas nacieron cuando Osiel Cárdenas reclutó, a través de Arturo Guzmán Decena, El Z-1, a ex militares que pertenecieron al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), a quienes ofreció sueldos de 600 dólares semanales para ser sus escoltas.
Así formó su brazo armado, al que denominó Los Zetas, en alusión al color de la vestimenta militar (azul zeta).
—¿Quién creó a Los Zetas?
—Osiel Cárdenas, por medio de Z-1
—¿En ese entonces que se fundan, cuántos eran?
—Inicialmente eran siete, y luego llegaron siete más que completamos los 14 que somos los más viejos
—¿Usted es fundador?
—Sí
—¿Qué número ocupas?
—Yo soy Z-7—, relató Jesús Enrique Rejón Aguilar tras ser detenido por elementos de la Policía Federal en julio de 2011, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México.
En el año 2002, militares abatieron al Z-1, líder fundador del grupo armado. Y en marzo de 2003 detuvieron a Osiel Cárdenas, lo que generó una desestabilización en el grupo que facilitó el acenso de El Lazca como líder máximo de Los Zetas.
Durante 2010 se dio la consolidación de Los Zetas como cártel independiente, cuya actividad ha estado marcada por casos el homicidio de agentes del ICE, en San Luis Potosí, la masacre de inmigrantes en San Fernando, el incendio en el Casino Royale, las dos mayores fugas de reos en el país.
Fueron también quienes instauraron en México prácticas de corte terrorista como ejecuciones, decapitaciones, además de que están implicados en balaceras y narco bloqueos, todo ello principalmente en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, donde tienen sus más grandes bastiones.
También tiene presencia en el Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán; además de que mantienen influencia en países de Centro y Sudamérica.
Los Zetas son el único grupo que ha enfrentado no sólo a todos los cárteles de la droga en México, como parte de su carrera expansiva, sino que también por su formación de corte militar son los que más “batalla” le dan a las fuerzas federales.
A principios de 2012 se evidenció al interior de Los Zetas una ruptura. Esto derivado de una reestructuración donde se designaron nuevas jerarquías, imitando a las del Ejército. Los hermanos Treviño Morales querían el liderazgo que, al final, obtuvieron con la muerte de El Lazca o El Z-3, el último de los fundadores del grupo que cayó.