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La Iglesia católica se ha empeñado desde 1980 en curar a sacerdotes pederastas en casas de rehabilitación como Alberione, en Jalisco; Damasco, en el DF; Emaús en Monterrey; Fundación Rougier en el Estado de México y la más reciente Emaús en Saltillo, en vez de dennunciarlos.
A principios de abril, la Diócesis de Saltillo, abrió la casa Emaús para atender a obispos problemáticos. El encargado del centro de rehabilitación, que se ubica en la sierra de Arteaga, Rodolfo Mora Becerra, misionero de Guadalupe (con permiso), explicó que la institución ofrece servicios de psicología, atención médica, dirección espiritual, así como la manutención de los internos, el programa tiene un duración de tres a cinco meses.
Recordó que el plan surgió del compromiso hecho con el arzobispo emérito de Monterrey, Adolfo Suárez Rivera, quien le solicitó iniciar un proyecto de atención a curas con trastornos específicos, dos meses antes de su fallecimiento.
“El proyecto se llama Emaús porque es el encuentro de los discípulos con el resucitado que los reanima a salir adelante”, expresó Becerra.
El inmueble tiene capacidad para brindar alojamiento a 20 prelados, la mayoría provienen del norte y se prevé que también puedan recibir a estadounidenses.
Detalló que este plan es similar al que opera en Monterrey, donde se tiene a 43 presbíteros “que han salido ya reciclados en su ánimo y en su entusiasmo”.
El párroco de San Juan Nepomuceno, en Saltillo, Juan Miguel Garza Zertuche, destacó que la creación de este tipo de institutos se ha dado desde hace 25 años. “Cuando necesitamos ayuda tenemos que aceptarla. En el norte hay un menor número de curas y se pensó en este lugar para darles respuesta”.
El recinto tiene una capilla, dormitorios, 12 estatuas con figuras de los apóstoles, está rodeado de huertos frutales, a unos metros hay un fraccionamiento residencial y ranchos con cultivos de manzana.
Un trabajador que fue contratado para pintar la fachada de la casa y quien no quiso mencionar su nombre, por temor a no volver a ser contratado, dijo que el inmueble es de dos plantas y que las habitaciones cuentan con balcón, así como con una puerta de cristal.
Mientras que el patio está adornado con esculturas religiosas, añadió que a principios de agosto se construirán más cuartos para ministros y monjas.
“Los viernes hay mucho movimiento, los padrecitos llegan en carros bien lujosos, es un lugar para gente bien”, dijo.
El ex secretario Ejecutivo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Manuel Corral, dijo que si la justicia civil encuentra culpable a un sacerdote, los obispos no se oponen a que pague su condena.