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El plan para la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán ya le había funcionado con anterioridad al Cártel de Sinaloa. Cuando él llevaba tres meses preso en el penal de El Altiplano, su encargado del trasiego de droga a Estados Unidos, escapó de forma idéntica de una cárcel de máxima seguridad en Sinaloa: le fabricaron un túnel subterráneo llenó de aditamentos, que lo llevó desde la prisión hasta la libertad.
De acuerdo con los registros de las autoridades, fue el 26 de mayo de 2014 cuando Adelmo Niebla González, uno de los hombres de confianza de Guzmán Loerea y dos operadores más del mismo cártel, se fugaron del penal de máxima seguridad de Culiacán, a través de un pasadizo bajo la tierra.
Para eso, un grupo de trabajadores les construyó un túnel a unos 10 metros de profundidad.
Tenía un largo de cerca de 400 metros y en su camino pasaba por debajo de la cárcel, algunas casas, campo, un pequeño sistema de riego y finalmente desembocaba en una construcción abandonada en las inmediaciones del centro penitenciario.
Tal y como sucedió ahora con el pasadizo El Chapo Guzmán.
Al igual que el túnel del capo, el de sus operadores también contaba con tubos o mangueras para permitir la ventilación, maderos para evitar que se derrumbara y algunos focos para iluminar el camino.
En el momento de aquella fuga, las autoridades federales se dedicaron a investigarla.
El personal de la Procuraduría General de la República (PGR) estimó entonces que ese pasadizo fue construido en aproximadamente cuatro meses, con el apoyo de trabajadores e ingenieros.
Gracias a él, tanto Adelmo Niebla González, El Señor; como Ramón Ruiz Ojeda, El Monchi, y Adrián Campos Hernández, pudieron huir de la prisión sin que nadie lo notara.
Sólo un mes después de que estos tres miembros del Cártel de Sinaloa lograron su escape, Joaquín Guzmán comenzó a trabajar en el propio.
El plan fue el mismo: construir un túnel subterráneo que lo llevara desde el penal hasta la calle.
Así fue como en junio de 2014, una pareja llegó al municipio de Almoloya. Decían ser de Guanajuato y buscaban comprar un terreno para hacer un rancho cerca de El Altiplano. La realidad es que esa pareja era enviada a conseguir el sitio donde construir el túnel de la fuga.
Luego de pagar 6 millones de pesos por el terreno, construyeron una casa con una bodega y dentro de lo que debía ser una cisterna, comenzaron a armar el boquete por el que saldría El Chapo.
Al igual que lo hicieron quienes fabricaron el pasadizo en la Cárcel de Culiacán, en el nuevo también pusieron instalación eléctrica, tubos de ventilación y maderos para sostenerlo.
En este caso, el pasadizo fue cuando menos cuatro veces más largo y con el doble de profundidad. Pero al igual que sucedió con el anterior, pasó por debajo del penal, del campo y llegó hasta la construcción aledaña, para finalmente darle la libertad a Joaquín El Chapo Guzmán.
