Los acuerdos de San Andrés: alternativa que no funcionó

Foto: larazondemexico

La suspensión de las órdenes de aprehensión en su contra le permitió a los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) salir de los Altos de Chiapas y desplazarse por el territorio nacional.

En octubre de 1996 la Comandanta Ramona encabezó una marcha de zapatistas a la Ciudad de México para participar en la conmemoración del Día de la Raza por parte del Congreso Nacional Indígena.

Durante el acto, realizado en el Zócalo capitalino, la Comandanta pronunció un discurso que contenía una frase que con el tiempo se convirtió en una consigna: “nunca más un México sin nosotros”.

Antes, el 16 de febrero de 1996, el EZLN y el Gobierno federal firmaron, en San Andrés Larráinzar, los Acuerdos sobre Derechos y Cultura Indígena, también conocidos como Acuerdos de San Andrés, mediante los cuales el gobierno se comprometía a reconocer en la Constitución la autonomía, derechos, usos y costumbres de los pueblos originarios.

El dato: El Subcomandante Galeano nunca ha reconocido ser Rafael Sebastián Guillén, a quien se ha referido como “el tampiqueño”.

Los acuerdos no fueron llevados a la práctica y el diálogo entró en un impase, aunque no fue roto. La autoridad mantenía interlocución con el EZLN a través del obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz.

ACTEAL REAVIVA CONFLICTO. El asesinato de 45 indígenas tzotziles simpatizantes del EZLN, el 22 de diciembre de 1997, volvió a poner al conflicto de Chiapas en los ojos del mundo.

El grupo insurgente responsabilizó de la matanza a grupos paramilitares ligados al partido en el poder y a iglesias evangélicas, y bajo presion se reanudó el diálogo entre el gobierno y el EZLN con la intermediación de la Comisión para la Concordia y la Pacificación (Cocopa), un órgano bicameral del Congreso que tenía como función acercar a las partes.

Tres años después llegó al país la alternancia y con ella un panista a la Presidencia de la República: Vicente Fox, quien ofreció al EZLN continuar con el diálogo.

Se abrieron nuevas rondas y hubo muestras de voluntad del gobierno, al permitir, en el 2001, el desplazamiento de una segunda caravana de zapatistas hacia la Ciudad de México.

Esta vez, el EZLN tuvo acceso a la tribuna de la Cámara de Diputados, en donde pronunció un discurso la Comandanta Esther.

“El México que queremos es uno donde los indígenas seamos indígenas y mexicanos, donde haya pleno respeto, uno donde la diferencia no sea motivo de muerte, cárcel, persecución, burla, humillación, racismo”, dijo ante diputados.

DIÁLOGO EN SUSPENSO. En un intento por cumplir con los Acuerdos de San Andrés, ese mismo año el presidente Fox envió al Congreso una iniciativa de  reformas a la Constitución para reconocer los derechos y la autonomía de los indígenas.

Pero cuando las reformas fueron aprobadas, en el 2002, el EZLN no estuvo de acuerdo con ellas. Descalificó a los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN y PRD en el Senado y decidió no acudir a ninguna otra conversación ni con la Cocopa ni con el gobierno.

Un año después el EZLN creó cinco “caracoles”, es decir, regiones integradas con varios “municipios autónomos” encabezados por “Juntas de buen Gobierno”.

En el 2005 el EZLN emitió la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, en donde rompió con la intelectualidad de izquierda y con todo lo que olía a política electoral, incluidos el PRD y su precandidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.

En esa misma declaración, el EZLN anunció que buscaría convertirse en una organización política que no lucharía por el poder, sino por los cambios en beneficio de los marginados.

Los dos siguientes presidentes, el panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto ignoraron por completo el conflicto y se abstuvieron de nombrar comisionado para la paz.

Del EZLN poco se supo en años, hasta que en el 2014 Rafael Sebastián Guillén cambió su alias de Subcomandante Marcos a Subcomandante Galeano.

El EZLN participó en las pasadas elecciones presidenciales, al impulsar la precandidatura independiente de María de Jesús Patricio Martínez.

A 25 años del levantamiento armado y con el conflicto olvidado también por el actual gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el EZLN controla de facto una parte de los Altos de Chiapas.

El EZLN asegura que en sus  “municipios autónomos”, creados dentro de municipios oficiales, se han logrado grandes avances en educación, salud y otros beneficios sociales. Sin embargo, no permiten que autoridades institucionales, periodistas o investigadores ingresen a sus territorios para verificar la forma en que vive la población.

El levantamiento zapatista logró que México y el mundo voltearan a ver hacia los indígenas y que en nuestro país se destinaran mayores recursos para el combate a la pobreza, pero la situación en Chiapas no ha cambiado mucho.

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