Y por cierto que el comité de evaluación del Poder Legislativo —que se encargará de la preselección de candidatos a jueces, magistrados y ministros, estuvo atrapado en un monumental embrollo. Publicó fuera de plazo la lista de aspirantes e incluso borró el enlace después, desatando confusión. En un intento por justificar el desorden, emitió un comunicado en el que culpó al “enorme volumen de información” y los apretados plazos que le fueron impuestos. Habló ahora de 12 mil expedientes de personas que se inscribieron y 300 mil constancias revisadas, incluso trabajando hasta las 9 de la noche del 15 de diciembre, sin lograr cumplir. Lo irónico es que, nos recuerdan, el INE ya había advertido al Congreso que la implementación apresurada de la reforma judicial era inviable. Hay quien considera que lo de ayer es resultado de los plazos fijados. El peor de los problemas es que empezara a haber impugnaciones ante decisiones que parecen trastocar la certeza. Pendientes.

