Ayer apareció por fin el exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, para tratar de responder por las acusaciones que suma en su contra. Se trató de presentar como víctima y se dijo perseguido. El exfutbolista tiene dos frentes abiertos, uno por la denuncia que presentó su media hermana —él dice que no lo es— por una acusación por violación en grado de tentativa y otro por querellas penales derivadas de irregularidades y casos de presunta corrupción durante su gobierno, éstas enfiladas por ahora hacia sus cercanos. Sin embargo, nos comentan, hasta ahora tiene las de ganar. Lo anterior porque las áreas de la Cámara de Diputados que definen su posible desafuero las controla su partido, que, como se ha visto, no tiene alicientes políticos para ir contra él. Además, las denuncias del gobierno de Margarita González Saravia llevan un ritmo más lento. Hay quienes apuntan a que el diputado aplicará la cuauhtemiña, el tiempo dirá si tenían razón.