Molestia y mucha indignación, nos comentan, ha generado en Campeche el que funcionarios y parientes de integrantes del gobierno de Layda Sansores se saltaran las reglas y llevaran a cabo un “tour exclusivo nocturno” en la zona arqueológica de Kalakmul. Los involucrados son el vicefiscal Arturo Bravo —quien es hijo de la jefa de la policía estatal, Marcela Muñoz, una de las más consentidas por la gobernadora—, la esposa de éste, Andrea Sadek —que es hija de la directora del Instituto de la Mujer— y una influencer que se identifica como Pawi Huerta. El caso brincó a la opinión pública porque fue subido a las benditas redes por los propios protagonistas de la falta, y ante los reclamos que generó, retirado. El Instituto Nacional de Antropología e Historia ya salió a aclarar que no había concedido ningún permiso para ingresar al sitio patrimonial en horarios no permitidos. ¿Dirá algo Layda? Pendientes.