El reciente proceso de extradición de Rafael Caro Quintero a Estados Unidos ha vuelto a poner en la mira la vida del conocido “Narco de Narcos”, no solo por sus crímenes, sino también por la historia de amor que, en 1985, lo llevó a la captura en Costa Rica.
En ese año, Caro Quintero mantenía una relación con Sara Cristina Cosío Vidaurri Martínez, sobrina del exgobernador de Jalisco Guillermo Cosío Vidaurri. La joven, proveniente de una influyente familia jalisciense, desapareció de su hogar sin previo aviso, generando una intensa búsqueda liderada por su padre, César Cosío Vidaurri, entonces secretario de Educación de Jalisco.La clave para localizar a Caro Quintero fue una llamada telefónica de Sara a su familia, la cual permitió a las autoridades rastrearla hasta la Quinta La California, una finca en Costa Rica.

El 18 de septiembre de 1985, la policía irrumpió en el lugar y arrestó al capo, quien para entonces ya era uno de los hombres más buscados por el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.A pesar de que su padre alegó que Sara había sido secuestrada, los oficiales presentes en la detención revelaron que la joven defendió su relación con Caro Quintero, asegurando que estaba con él por voluntad propia. Esta declaración añadió un matiz romántico y controvertido a una historia marcada por la violencia y el crimen.

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Hay una canción que menciona a Sara
El romance entre Caro Quintero y Sara Cosío trascendió más allá de las noticias policiales. El escritor Carlos Monsiváis publicó en la revista Nexos una supuesta carta en la que Sara expresaba su admiración por el narcotraficante.

Además, la banda El Tri, liderada por Alex Lora, inmortalizó la historia con la canción Sara, cuya letra refleja el amor y la captura del capo:“Sara, gritaba Caro Quintero, Sara, ¡ay, Sara, cómo te quiero! Nos fuimos de pinta lejos del país, nos cayó la tira y nos trajo a encerrar aquí...”El relato de este amor prohibido se ha mantenido como un referente en la narrativa del narcotráfico mexicano, demostrando cómo las pasiones personales pueden influir en eventos históricos de gran impacto.
Hoy, mientras Caro Quintero enfrenta la justicia en Estados Unidos, la historia de Sara Cosío sigue siendo un recordatorio de cómo el amor y la traición pueden cambiar el curso de una vida.

