La Arquidiócesis Primada de México aseguró que “el hallazgo de una fosa común, en el lugar o la región que sea, nos debe de indignar”; además, llamó a seguir el ejemplo de las familias buscadoras, ya que éstas son la esperanza del mundo, y también convocó a cuidar los valores familiares.
“Hacemos un llamado a seguir el ejemplo de estas madres y familias buscadoras, y a adoptar los valores que las han fortalecido, valores que Cristo nos enseñó”, expresó la institución a través de su semanario Desde la Fe.
“Tantas veces las víctimas de la delincuencia nos han gritado ‘queremos justicia’, que las hemos dejado de escuchar. Tantas veces hemos conocido la noticia de alguien cercano que murió a manos del crimen, que hemos dejado de ser sensibles”, agregó.
Recordó casos muy conocidos como los dos de Cerocahui, 72 en San Fernando, 43 en Ayotzinapa y 29 en Culiacán.
“No son nuestras cifras. Son las que se han reportado tantas veces que escucharlas se vuelve cotidiano. Tantas veces nos hemos indignado a causa de la violencia que dejamos de indignarnos. En medio de este ruido ensordecedor de cifras, dolor y hechos violentos, dejamos de escuchar a quienes sufren”, señaló.
Refirió que se debe escuchar a las víctimas de la violencia, a los familiares de las víctimas y a todos los que pueden aportar alguna contribución que lleve a erradicar este mal que nos está arrebatando parte de nuestra humanidad.
“Las madres buscadoras, convertidas ya en familias buscadoras, nos han enseñado cómo los valores familiares sí dan resultados, cómo el amor, la fuerza y la valentía son capaces de sostenerlos incluso en los momentos más difíciles”, enmarcó.
Aseguró que la ausencia de los valores familiares ha contribuido a la laceración del tejido social y que las familias buscadoras han dejado claro que las familias son la esperanza del mundo, aún en medio del dolor y la adversidad.
“La desaparición forzada de una sola persona nos debe de indignar. Observar a miles de madres, padres, hermanos, hermanas, abuelas, abuelos, buscando a sus familiares secuestrados por la delincuencia nos debe de indignar”, apuntó.
El pasado sábado, decenas de pares de zapatos con una vela al lado alumbraron la plancha del Zócalo capitalino. Fue la protesta que colectivos de búsqueda y la ciudadanía llevaron a cabo ante el hallazgo de fosas clandestinas en Teuchitlán, Jalisco. En esta movilización se sumó la Iglesia católica, que más tarde compartió a través de redes esternó:
“El dolor de quienes buscan a sus seres queridos no es sólo una estadística, es una herida viva en nuestra sociedad. Cada rostro ausente tiene una historia, una familia que espera, un amor que no se resigna”.
“En la Catedral Metropolitana, Monseñor Francisco Javier Acero presidió la celebración eucarística por todas las personas desaparecidas. Un clamor de justicia, de esperanza y de amor, en el que oramos para que estas situaciones no queden en el silencio”.
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