Muchas cejas se levantaron ayer con el tempranero mensaje que subió a las benditas redes el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, según el cual la aprobación del impuesto a remesas, ya no en 5%, pero sí en 3.5%, son “buenas noticias”. Y es que, para quienes conocen de estos asuntos, el que siga en vilo media docena de estados cuyas economías dependen de esa vía de ingreso, no es para nada una buena noticia. “Éste es un primer importante avance para la defensa de la economía de nuestros migrantes y sus familias”, publicó Moctezuma. El mensaje fue visto como una celebración anticipada y un intento de establecer una narrativa de supuesto éxito, que más que confianza generó inquietud. Horas más tarde el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, señaló: “No creo que nadie diga que es una buena noticia”. El embajador debió por la noche plantear algunos matices y guardar las matracas: “Falta mucho por hacer”, escribió. Y pues sí.

