Los cambios radicales en la política comercial estadounidense, en los que eludió al Congreso para imponer aranceles elevados a la mayoría de las economías del mundo, enfrenta al menos siete demandas que lo acusan de excederse en su autoridad.
Los demandantes exigen que se desestimen sus aranceles más grandes y atrevidos, y ya ganaron la primera ronda. En mayo, un panel de tres jueces del Tribunal de Comercio Internacional de EU dictaminó que Donald Trump se extralimitó en sus facultades cuando declaró una emergencia nacional para imponer gravámenes a las importaciones de casi todos los países del mundo.
Para llegar a su fallo, el tribunal combinó dos impugnaciones: una presentada por cinco empresas y otra por 12 estados de Estados Unidos. Ahora inicia la segunda ronda.
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Este jueves, los 11 jueces del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito Federal de Washington, que suele especializarse en derecho de patentes, tienen agendado escuchar los argumentos orales del Gobierno de Trump, así como de los estados y las empresas que buscan la eliminación de sus impuestos generalizados a las importaciones.
Ese tribunal autorizó previamente que el gobierno federal siguiera recaudando los aranceles de Trump mientras el caso avanzaba en el sistema judicial. Los asuntos son tan importantes, que se espera que el caso llegue a la Corte Suprema de Estados Unidos, independientemente del fallo del tribunal de apelaciones.
Cabe señala que la Constitución de Estados Unidos otorga al Congreso la facultad de imponer gravámenes, incluidos los aranceles. Pero los legisladores han cedido gradualmente a la Casa Blanca el poder sobre la política comercial.