Dicen que el que se lleva las palmas a las peores falsas alarmas es el senador morenista Gerardo Fernández Noroña, quien nada más alborotó al pueblo con el cuento de que pediría licencia para apartarse de la Cámara alta, lo que generó un aluvión de especulaciones de que estaría sucumbiendo a la presión mediática y política por sus viajes y bienes de lujo. Pero no. No es que el legislador se ausente para evitar que le pisen la cola, sino para emprender oootro viaje. Sí. Y esta vez no se subirá a avión privado, sino a la flotilla de Emirates. Dijo Noroña ayer que la aerolínea lo invitó a emprender “un viaje humanitario” a Medio Oriente —en primera clase y todo pagado, por supuesto—, en reconocimiento a su postura solidaria con el pueblo palestino agraviado por el conflicto entre Israel y Hamas, una justificación que ya levantó cejas. Por lo pronto, el político de izquierda tendrá que demostrar que éste no es otro episodio de turismo político o que sólo pidió licencia para darse la buena vida y poder decir que en ese momento ni ejercía. Uf.