Vaya resbalón el que se volvió a dar José Ramiro López Obrador, el hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador y reconocido multiplicador de ranchos. Y es que, nos dicen, en su calidad de secretario de Gobierno y ante el Congreso de su estado, se le ocurrió confiar en su instinto y se puso a decir que las cifras de desaparecidos en Tabasco igual y hasta están infladas, porque algunas víctimas sólo “andaban de parranda” y no avisan a la Fiscalía. Luego entonces, el número real es una incógnita, según él. Lo que Pepín no calculó, comentan, fue que lo que para él es una lógica brillante para miles de familias de desaparecidos es un insulto, cuando llevan días, meses, años... buscando a sus seres queridos, incluso con sus propios medios. Lo que más esperarían ellos, nos señalan, es que los servidores públicos, que deberían ayudar a acelerar estas búsquedas, por lo menos se queden callados si no tienen nada bueno que aportar.

