Hasta la primera quincena de diciembre de 2025 había casi 80 mil migrantes varados en las fronteras norte y sur de México, quienes recibirán el Año Nuevo esperando una resolución de su situación legal en los puestos de control, de acuerdo con el Centro de Dignificación Humana AC.
Según la organización civil, 40 mil 680 migrantes están en la frontera sur y 38 mil 600 en la frontera norte. La cifra es 56 por ciento menor a la de 2024, cuando había alrededor de 160 mil en esta situación.
- El Dato: Según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, hasta septiembre de 2025 se registraron 52 mil solicitudes de asilo, de las cuales, unas 34 mil (66%) fueron en Chiapas.
En medio de esta realidad, migrantes asentados en la frontera con Guatemala dicen que conservan sus sueños en la recta final de 2025, con un mensaje de esperanza y resiliencia, al considerar la posibilidad de establecerse en México ante las crecientes dificultades para ingresar a Estados Unidos, por las restricciones impulsadas por el presidente Donald Trump.
El endurecimiento de la política migratoria ha transformado el flujo migratorio regional, pues México pasó de ser un país de tránsito a convertirse en destino, lo que ha obligado a miles de personas a replantear sus planes y buscar regularizar su situación migratoria para trabajar y rehacer su vida en territorio mexicano.
En la región fronteriza de Ciudad Juárez y El Paso, Texas, decenas de migrantes permanecen en albergues o en situación de calle, donde enfrentan la falta de empleo, la ausencia de documentos y la separación familiar. Algunos espacios de apoyo, como el comedor Pan de Vida, en esta urbe de Chihuahua, han comenzado a recibir nuevamente a personas que intentaron independizarse rentando vivienda o buscando trabajo, pero que regresaron ante la falta de oportunidades.
- 38 mil 600 personas hay varadas en la frontera norte
“Es una situación muy triste para todos los migrantes que están ahorita en la calle, y sobre todo los que están siendo deportados”, afirmó Ismael Martínez, representante del albergue, quien explicó que personas que estuvieron en refugios hace uno o dos años han vuelto tras ser deportados.
Detalló que muchos buscan empleo para rentar una casa, pero la falta de documentos vuelve casi imposible acceder a un trabajo formal, lo que los obliga a permanecer en albergues o vivir en las calles.
En la frontera sur, entre México y Guatemala, la situación no es distinta. Cientos enfrentan las fechas decembrinas en albergues, cuarterías o espacios públicos, alejados de sus familias y con trámites migratorios detenidos desde hace más de un año, tras la implementación de nuevas políticas estadounidenses.
- 40 mil 680 migrantes, se estima, hay en la frontera sur
A pesar de ello, muchos intentan rescatar lo que queda del final de año y mantener la esperanza. América Pérez, coordinadora del Servicio Jesuita a Refugiados en Tapachula, Chiapas, explicó que estas fechas son especialmente emotivas para las personas en movilidad.
“Son días en los que recuerdan a la familia que dejaron atrás. Muchas personas pasan estas fechas en situación de calle o incluso en estaciones migratorias, sin alimentos ni recursos para celebrar”, dijo.
Entre las historias está la de Alina Tlacuique Magallanes, originaria de Guatemala, quien vive en Tapachula desde hace casi dos años. Aunque reconoce la tristeza de estar lejos de su familia, afirma que ha logrado cierta estabilidad.
“Estoy triste porque no tengo a mi familia cerca, sólo a un hijo que va a la escuela. Donde estoy vivo con una señora en una casa; ya estoy estable en Tapachula y me siento bien aquí”, compartió.
En medio de la incertidumbre y las restricciones, miles de personas continúan buscando en México una oportunidad para reconstruir su vida, mientras celebran estas fechas aferradas a la esperanza de un futuro más digno.
César Augusto Cañaveral, responsable de la Diócesis de la Pastoral de la Movilidad Humana en Tapachula, externo su preocupación de que, en zonas de Chiapas, Oaxaca o Veracruz, tengan asentamientos de migrantes centroamericanos, “pero ya se acrecentaron los grupos y personas varadas que están viviendo en las zonas parroquiales”.
Advirtió que el gobierno mexicano “no está a la altura de un fenómeno migratorio que viene a la baja” y recordó que, según el último censo de 2020, la población en Tapachula se estima en 350 mil habitantes y la ciudad ha sido el punto central de solicitudes de asilo en México.
Por si fuera poco, migrantes de varias nacionalidades, sobre todo guatemaltecos, hondureños, venezolanos y haitianos enfrentan esta semana un nuevo enemigo: las bajas temperaturas en el norte del país. Ellos viven en albergues o a la intemperie en la mexicana Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, enfrentan un tiempo gélido de la temporada invernal. Según reportes se registra una sensación térmica de hasta -13 grados, producto de fuertes vientos, todo en medio de la precariedad.