“No hay malos sindicatos, sino malos sindicalistas”

Inconformidades denunciadas por los trabajadores en México, como las recientes en la refinería de Dos Bocas, han generado una mala percepción sobre los sindicatos y una baja en la afiliación de los últimos años, consideraron expertos consultados por La Razón.

“En la década de 1980, un cuarto de los trabajadores remunerados pertenecía a un sindicato y ahora la cifra sólo es del 12.5 por ciento”, aseguró Jesús Rubio Campos, profesor investigador del Colegio de la Frontera Norte y del Conacyt.

Sobre Dos Bocas, consideró que “este conflicto se dio en medio de una tendencia general por parte de trabajadores que exigen una verdadera representación por parte de sus líderes. Si no hay una verdadera vida sindical, los trabajadores no se pueden quedar con los brazos cruzados, pagando cuotas sin recibir protección y cuando muchas veces ni siquiera conocen su contrato colectivo de trabajo”.

Por su parte, Plácido Humberto Morales, magistrado presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA), dijo que “parece que el sindicalismo es negativo para la clase trabajadora, pero lo que hay son malos sindicalistas”.

Explicó que es necesario que las organizaciones tomen la vía de la democracia sindical, con la que los líderes serán elegidos y se verán comprometidos a atender las demandas con información y transparencia. Así, se recuperarán derechos para que los empleados no sean sustituidos o manipulados por líderes corruptos.

Ambos coincidieron en que la reforma laboral otorgó mayor libertad sindical. El presidente del TFCA agregó que ésta destruyó la subcontratación y que “las organizaciones tienen la obligación absoluta de transparentar la información”.También concordaron en que esta figura colectiva de trabajo seguirá vigente para las generaciones que ingresan al mercado laboral.

Sobre lo ocurrido en Dos Bocas, donde dos grupos sindicales se disputan contratos, el magistrado señaló que “es algo que no debió suceder, porque los trabajadores tienen otras formas para reclamar sus derechos. Los paros no benefician a nadie”.