Llega Lozoya, se va Vanessa Rubio y le deja a Morena un escaño más

Ahoras de la llegada a México de Emilio Lozoya, exdirector general de Pemex, la priista Vanessa Rubio solicitó licencia en el Senado y su lugar será ocupado por una expriista, ahora afín a Morena.

La legisladora hizo el anuncio, dijo, para cumplir un compromiso familiar y buscar una plaza académica en Inglaterra, además de dedicarse a la consultoría.

“Después de 26 años de trabajo en la administración pública tomo esta decisión personal y familiar. Siempre con la cabeza en alto, siempre comprometida con mi país. Ya con licencia, decidiré la mejor opción”, escribió en Twitter.

De 2013 a 2015 fue subsecretaria para América Latina y el Caribe en la Secretaría de Relaciones Exteriores; de 2015 a 2016, subsecretaria de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional en la Secretaría de Desarrollo Social, y el 14 de septiembre de 2016 fue nombrada como la primera subsecretaria de Hacienda y Crédito Público. 

Nancy Sánchez, quien suplirá a Rubio Márquez, todavía trabaja como enlace de la Secretaría General de Gobierno de Baja California, encargada de las relaciones con los actores políticos de la entidad.

La cercanía de Sánchez Arredondo con el gobierno bajacaliforniano y su renuncia al PRI en 2019, abren la posibilidad de que se sume a la bancada de Morena como la legisladora 60 de ese grupo político.

“He recibido llamadas de mi jefe, el secretario General de Gobierno; del Ejecutivo del estado, que ya está enterado, y también de mis amigos de otros partidos, del PRI incluso. Creo que, más que de partidos, son tiempos de México. Además, Vanessa todavía no se va, es un proceso que todavía lleva tiempo”, aseguró en entrevista con La Razón.

Sobre el tema Lozoya, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, afirmó que el exdirector de Pemex no fue militante del partido.

“No hay registro, ni en el padrón actual ni en el histórico, de que haya militado un solo día en nuestro partido”, aclaró “Alito” en su cuenta de Twitter, luego de asegurar que los actos de corrupción son individuales y, quien los cometa, debe enfrentar todo el peso de la ley.

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